Esta tarde, el Gobierno lanzó un ambicioso programa de créditos para la vivienda denominado "Procrear del Bicentenario", como parte de un objetivo mayor: la construcción de 400 mil casas —luego se aclaró que en realidad serán 100 mil— en los próximos cuatro años.
La propuesta fue presentada por el ascendente viceministro —virtual ministro— de Economía, Axel Kicillof, quien anticipó que el plan será financiado a través de fondos de la Anses y el Tesoro Nacional.
Debe decirse que, si bien la idea no es nada descabellada, plantea ciertos interrogantes que surgen de la mera evaluación de otros programas de vivienda impulsados también por el kirchnerismo.
¿Cómo creer que el oficialismo hará efectiva tan ambiciosa idea, siendo que todas las anteriores han quedado a medio realizar? Baste recordar que el "Programa Federal de Construcción de Viviendas" lanzado en el año 2004 —que preveía la realización de 120 mil casas—, solo ha avanzado en un diez por ciento. El "Plan Federal 2" no ha sido mucho mejor: de las 300 mil viviendas prometidas, se construyeron 3.398 en todo el país. Es decir, un 1,13% de lo anunciado.
Ni hablar del fraudulento programa "Sueños Compartidos" que la asociación Madres de Plaza de Mayo llevó adelante con total impunidad, merced al oscuro desempeño de los hermanos Sergio y Pablo Schoklender. En este caso, ¿también será el preludio de una fiesta de descontrol de fondos públicos?
Como puede verse, la realidad supera a todos los temores. Por caso, nadie puede explicar cómo es posible que, luego del escandaloso schoklender-gate, el zigzagueante Abel Fatala siga al frente de la Subsecretaría de Obras y Servicios Públicos. Menos aún el enriquecido secretario de Viviendas, José López. Ergo, ¿por qué creer en un plan que posiblemente jamás controlarán los mismos funcionarios de turno?
Otro dato llamativo lo configura la utilización de la figura de fideicomiso, una herramienta que ya ha generado más de un desaguisado en el pasado, no casualmente en el marco de negocios poco claros entre la Argentina y Venezuela.
Debe desconfiarse asimismo del confuso discurso que brindó Kicillof, apelando a anacrónicas falacias y poco creíbles datos del Indec. "Este es el período de mayor crecimiento de la Argentina en sus 200 años", advirtió en un tramo de su alocución el viceministro.
Se trata de una frase que ya fue pronunciada por Cristina Kirchner en más de una ocasión y que fue oportunamente refutada por el sitio Chequeado.com: "Durante los últimos ocho años se dio un crecimiento muy importante del PBI: un aumento del 78 por ciento. En otros períodos históricos, sin embargo, el crecimiento del PBI fue mayor en términos absolutos. Entre 1902 y 1910, por ejemplo, el aumento fue del 90%, y entre 1881 y 1889 fue del 141 por ciento".
Debe decirse que el crecimiento per cápita tampoco fue el más importante de la historia. "Entre 2003 y 2011, el incremento del PBI por habitante fue de 65 por ciento, y entre 1881 y 1889 este indicador creció un 90 por ciento", insiste Chequeado. ¿Cómo creer en las intenciones dadas a conocer a través de un discurso que apela a semejante falacia explicativa?
Se insiste: la idea es oportuna y necesaria, sobre todo para aquellos sectores sociales que hasta ahora han visto limitado su acceso al crédito para viviendas. Sin embargo, flotan en el aire algunos interrogantes que nadie aún parece querer responder. A saber:
-¿Quién controlará la ejecución del nuevo plan de viviendas? ¿Cómo lo hará?
-¿Cómo puede el Anses financiar la construcción de casas cuando existen 450 mil demandas judiciales contra la misma entidad en concepto de haberes mal liquidados por parte de puntuales jubilados?
-¿Por qué el Gobierno sigue apelando a la utilización de fondos que corresponden a necesitadas personas de la tercera edad?
-¿Por qué se insiste en comparar la situación económica actual con la de 2002? ¿No es obvio que, por mal que esté el país, sus índices serán mejores que los de ese complicado año?
-¿No es paradójico que Cristina persista en hablar de la economía durante los años de la dictadura militar cuando ella y su marido se dedicaban en esos mismos días a amasar una cuantioso fortuna gracias a la cuestionada Circular 1050?
-¿Cómo juega el discurso de la Presidenta —referido a la dificultad de ciertas personas a acceder a dignos terrenos— con la polémica compra de tierras fiscales en El Calafate que ella misma llevó adelante en el año 2006?
Finalmente, hay que hacer hincapié en los reparos que planteó un elocuente informe de la Sindicatura General de la Nación elaborado en mayo de 2007: “La Dirección Nacional de Políticas Habitacionales no posee estructura aprobada, ni manuales de procedimientos. La dotación del personal es escasa y el equipamiento escaso y desactualizado”.
¿Por qué se menciona ese documento? Porque hasta el día de hoy, mal que le pese al Gobierno, las mismas dificultades persisten como en el pasado.
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1