La idiotez no tiene potestad. Cualquiera puede ser idiota. El tema es que a veces la imbecilidad se escuda en los lugares más increíbles como la justicia, la política y hasta la prensa.
En estas últimas horas hemos escuchado las idioteces más increíbles por parte de los medios más importantes respecto a lo sucedido en el boliche bailable República Cromagnon, exagerando cifras y entorpeciendo la labor básica de los profesionales de la salud.
Como siempre, los periodistas se han vuelto expertos en la situación de riesgo y se han animado a decir idioteces con carnet de expertos, sin importarles que, quien está del otro lado de la pantalla escuchando atentamente, podría ser una persona relacionada con alguna de las victimas de lo sucedido.
La prensa se disfraza de “solidaridad” en este tipo de circunstancias para poder vender lo que sea, sin pensar en lo devastador que pueden ser sus vacíos comentarios.
En esta carrera infernal, los periodistas se golpean entre sí y pasan por encima de cualquiera que se interponga en su camino, aunque sea victima o familiar del desastre sucedido el día jueves por la noche. Este periodista ha sido testigo directo de cómo algunos “movileros” de los principales medios de prensa maltrataron a los desesperados familiares de las victimas. Todo en nombre de una primicia imposible (1).
No hay manera de describir la tragedia, menos aún la muerte. Lo que es seguro es que nadie merece perecer de la manera en que murieron las casi 180 personas que fallecieron allí. De la peor manera imaginable.
Será difícil –imposible- para sus familiares superar lo sucedido. No podrán evitar pensar acerca de los últimos momentos de vida de sus allegados y eso provocará una huella imborrable en sus vidas.
Sólo quedan ahora preguntas sin respuestas. Dudas que no importa si son contestadas o no, porque no le devolverán la vida a ninguno de sus seres queridos.
Así y todo, me animo a preguntar:
-¿Dónde está “el mea” culpa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (Anibal Ibarra) por lo sucedido (2)?
-¿Por qué el boliche en cuestión estaba habilitado si no cumplía con las normas mínimas para funcionar?
-¿Por qué nadie alertó nada, cuando ese mismo local ya había sufrido otros incendios?
-¿Por qué no se admite que ningún boliche bailable está en condiciones para funcionar legalmente?
-¿Por qué los medios no hablan de lo que saben acerca de temas seguridad y drogas dentro de locales bailables?
-¿Sabe alguien que las bengalas se vendían dentro del mismo boliche bailable?
-¿Por qué los medios olvidaron el tema Kheyvis?
-¿Por qué nadie se pregunta de dónde sacó su dinero Omar Chaban?
-¿Está habilitado mentalmente este hombre para manejar los locales que usufructúa?
-¿Por cuánto dinero los inspectores municipales habilitaron sus boliches?
-¿Cuántos de esos inspectores irá a despedir Aníbal Ibarra luego de lo sucedido?
-¿Por qué estos temas se analizan sólo después de que suceden?
-¿Por qué siempre lo urgente supera a lo importante?
Las respuestas a estas preguntas, si bien no las sabemos, las imaginamos. No es muy difícil hacerlo. En situaciones como la sucedida surge lo más irracional de nosotros mismos, para bien y para mal. Si bien hubo mucha gente que -debo admitir con gran emoción- ayudó desinteresadamente (3), hubo otros que actuaron egoístamente y no pensaron en los que sufrían por la tragedia. Realmente somos lobos de nosotros mismos, como dijo Thomas Hobbes alguna vez.
Cuando salía del ámbito de la Morgue Judicial en la tarde del viernes, por caso, una mujer me dio un panfleto que invitaba a reclamar una "indemnización” a los damnificados de República Cromagnon. Me dio vergüenza ajena cuando lo lei. No podía entender cómo, en medio de la tragedia, había gente que especulaba con ganar dinero (4).
Pero de pronto, entendí todo. Esto tenía que ver con eso: con dinero.
Con el dinero que compró a quienes habilitaron el local bailable. El dinero que especulaba ganar Omar Chabán con la sobreventa de entradas.El dinero que no se invirtió en seguridad para que las cosas funcionaran como debían. El dinero que calculan ganar los cuervos de siempre con esta tragedia. Etc.
Ahora mismo debe haber varios especulando por cuánto dinero se podrá comprar a la justicia y parar el descrédito social. Para lo primero, todo es posible. Para lo segundo, no hay precio que pueda pagarse.
No alcazarán tres días de luto para ahogar tanto dolor ni para terminar de entender por qué pasó lo que pasó.
El país se ha vuelto de pronto -y sin avisar- en un gran funeral colectivo. El día se puso gris y la tristeza invadió todo sin piedad.
No caben las palabras, no es posible. Así y todo, acompañamos a todos en el sentimiento...
Christian Sanz
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1) Los noteros de Canal 13, Canal 11, Canal 9, Canal 7 y Radio 10 no dejaron de entorpecer la desesperada búsqueda de los familiares, por lo menos en la Morgue Judicial de Viamonte y Junín.
(2) El jefe de la Ciudad de Buenos Aires es el máximo responsable por lo sucedido. La falta de controles en este y otros temas es culpa inevitable de su falta de autoridad, por acción u omisión.
(3) Hubo muchos voluntarios que ofrecían agua fresca, aistencia psicológica y apoyo constante de manera gratuita a los familiares que esperaban datos sobre las victimas. Hubo incluso ciudadanos que -me consta- ofrecían sus propios vehículos a la gente que los pudiera necesitar.
(4) Los teléfonos del panfleto maldito son 4666-3146 / 15-5056-6164 y figuran a nombre una persona llamada Gracia de Caffo. Obviamente una persona detestable.
Si debería poner un título de cocina a mi comentario, ante la indicación de Christian SANZ en punto a que el artículo lo escribió hace 5 años, lo llamaría : ME HACE DUDAR.. En efecto, de las 13 preguntas que allí hizo, hasta el día de hoy NINGUNA TIENE RESPUESTA. El por entonces Jefe de Gobierno, Aníbal IBARRA, máximo responsable en el lamentable hecho acaecido, no sólo por su jerarquía sino por las denuncias que desoyera,y su directa relación e intervención en el departamento de inspectores (poniendo una maestra jardinera a su frente, cambiar en 3 ocasiones la estructura de inspectores, la total falta de controles, cohechos, coimas y demás irregularidades comprobadas) fue INMEDIATAMENTE SOBRESEIDO (respaldado por Néstor Kirchner). No sólo no se investigó a fondo a Chabán, sino que se dejó a último momento y poco se habla de los titulares del lugar y testaferros del negocio. De la droga, ni hablar. Sobre los inspectores, recién con el actual fallo una mínima condena, que suena irrisoria por su cuantía y por no alcanzar a todos los que intervinieton en los flagrantes actos de corrupción habidos en torno a República Cromagnon. Policías y bomberos, como si no hubisen sido también protagonistas principales en la causa de la tragedia. En fín, todos conocen y mejor que yo lo acaecido en ese luctuoso hecho. Se dirá, el por qué hubiera subtitulado este comentario como ME HACE DUDAR. No porque dude de Christian SANZ o sea el quien me haga dudar, sino que la crudeza de los hechos narrados por él vistos hoy SIETE AÑOS DESPUES DE OCURRIDOS son los que cada vez me hacen dudar más del sistema , donde la corruptela halla eco en el resorte político y éste a su vez en las instancias judiciales, garantizados luego por leyes de las que todos descreen pero sirven para proteger los intereses de los involucrados en el sistema. Donde se garantizan por demás los derecho y garantías de los victimarios (cosa que no discuto) pero en desmedro del de las víctimas, cada vez más desprotegidas. Donde se acallan las voces de la prensa, se obstaculiza con denuncias y amenazas a aquél que pretende hacer las cosas bien o mejor. Donde para justificar actos de vandalismo político se utilizan a troche y moche palabras tales como "desestabilización", "golpe", "crisis mundial", "nacionalización", "soberanía", etc., pero que no son más que un intento de silenciar a la sociedad, engañarla, asustarla; o como se dice "pan y circo". Ahora, me pregunto a mi mismo ¿es el sistema o las personas que se han apropiado de él? Me quedo con lo último. El sistema es y será perfectible pero, a no duarlo, es un buen sistema . Los que fallan son los que deben aceitarlo, llevarlo adelante. Para ello, es necesario que nos demos cuenta que tenemos todos nosotros como ciudadanos un ARMA importantísima para evitar que se degrade el sistema: el VOTO. Entonces, como corolario, para no dudar del sistema, para que como otrora estalló en los oídos de millones de ciudadanos dignos el NUNCA MAS. para que como gritan airadamente y con toda razón y justicia los familiares de esa desgarradora tragedia NUNCA MAS UN CROMAGNON, para evitar en el futuro sentirnos humillados y sumergidos en la sociedad, al momento de votar elegir respeto, dignidad, honradez y honestidad, esto es, optar sólo aquéllos candidatos que ostenten HONOR. Sólo así habrán de funcionar las instituciones de la República; sólo así funcionarán los controles constitucionalmente establecidos de y para los tres poderes; sólo así, habrán legisladores y jueces dignos, encabezados por un primer mandatario honorable. Gracias.