El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, cuestionó con dureza los cacerolazos que manifestantes críticos del Gobierno realizaron frente a su domicilio en el día de ayer y admitió que tuvo que modificar la rutina de su familia por esas protestas.
"Les digo a los que están caceroleando en mi casa que se metan la cacerola en el orto", afirmó el funcionario durante un acto que encabezaba en la sede de la CGT del partido bonaerense de Vicente López, en paralelo a las protestas.
El funcionario contó allí que su esposa no suele acompañarlo a los actos partidarios en los que él participa, aunque en esta oportunidad le pidió que lo hiciera para evitar tener que oír las protestas frente a su domicilio.
"No suele acompañarme mi esposa, pero hoy le pedí que me acompañe porque se supone que a esta hora, como dice la canción, deben estar caceroleando en mi casa", explicó el funcionario, según el video revelado por el diario Zona Norte.
Mientras Moreno encabezaba el acto en Vicente López, un grupo de personas se acercó hasta la puerta del edificio donde vive el funcionario, en el barrio de Monserrat, con cacerolas en las manos para protestar contra algunas decisiones sobre el comercio y las importaciones.
Asimismo, los manifestantes se hicieron eco de las dos denuncias penales radicadas contra el funcionario por un presunto "maltrato" hacia la titular de una Asociación de Defensa del Consumidor y contra una despachante de Aduana.
La consigna de la convocatoria, que tuvo lugar el miércoles por la noche era "Contra la prepotencia y maltrato a mujeres y ciudadanos de parte del secretario Moreno".
La invitación fue realizada a través de las redes sociales, con el objetivo de manifestarse en forma pacífica en la calle Salta 960 de barrio de Monserrat, donde vive el funcionario.
“Es contra el patoterismo y la impunidad” del funcionario, expresaron algunas de las personas que se encontraban allí. "Le está pasando por encima a la gente, la gente quiere un cambio, tranquilidad, democracia, no pueden seguir estas cosas", agregaron.
Pese a que alrededor de diez hombres que respaldaban a Moreno merodearon por la zona y se quedaron en una esquina, finalmente no se produjeron enfrentamientos y la reducida manifestación terminó de manera pacífica.
Otro hecho llamativo fue el de dos baldazos que cayeron con un intervalo de varios minutos y que llegaron a mojar a varios de los manifestantes.
Agencia NA y Redacción de TDP
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