Las comparaciones entre el mecanismo de propaganda K con el de otros rancios modelos dictatoriales no dejan de acrecentarse.
La exaltación del ser nacional, del mito, la demonización de enemigos, la muerte heroica, el ensalzar constantemente metas alcanzadas, la utilización del principio del líder y el culto a la personalidad son solo algunas, a las que recientemente se les han venido insertando el concepto de “odio” enemigo versus “amor” gubernamental.
En agosto del año pasado, Tribuna de Periodistas dio cuenta de las llamativas coincidencias entre las ilustraciones de la revista “Noticias de La Cámpora” —una publicación con instrucciones de primera mano— y un poster chino del año 1966, en el marco de la revolución cultural del proletariado maoísta.
Sin embargo no era la única. La promoción del regreso del buque, realizado por la organización Peronismo Militante, que muestra el dibujo a trazo de una Cristina Fernández triunfante dirigiendo el timón de una embarcación, se parece mucho a un afiche del siglo pasado, con el dictador Joseph Stalin haciendo exactamente lo mismo.
La similitud fue descubierta por el tuitero @pinchudo. “Ya me parecía que el afiche de Cristina en la Fragata se me hacía conocido”.
Esta suerte de “tácticas propagandísticas” no es nueva para la mayoría de los argentinos. Ya se vieron en las dos primeras presidencias del Gral. Juan Domingo Perón. Aunque, por más alejados que quisieron estar de ese movimiento, la propaganda política también fue utilizada por los militares de la última dictadura. Una muestra fue el tremendo nacionalismo exaltado a través de los medios de difusión para el mundial de fútbol de 1978.
Con ganas de liberar los goles secuestrados, el kirchnerismo lanzó el programa Futbol Para Todos, no sin algunas raras semejanzas.
La gráfica del logotipo del FTP no solo es exactamente igual a la de la película “La Fiesta de Todos” —documental argentino de 1978 dirigido por Sergio Renán, la cual reconstruye la victoria argentina en la Copa Mundial de Fútbol de 1978 y que fue fuertemente criticada como un intento de mostrar al pueblo disfrutando de una “fiesta” en momentos en que desaparecían personas gracias al terrorismo de Estado—, sino que el programa oficialista 678 suele referirse a “la fiesta de todos” para referirse a la celebración del Bicentenario.
La semejanza fue desenmascarada por @juancristonomo. “Son literalmente lo mismo que denuestan”.
Nunca mejor dicho.
Eliana Toro
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