Festejar u optar por el silencio. Mostrar apoyo y orgullo o criticar. Pensar por sí mismos o esperar directivas. Así han venido siendo los últimos momentos desde que ayer se conoció la elección del cardenal Jorge Bergoglio como Papa.
A través de Twitter pudo verse el verdadero despiste que había entre funcionarios y simpatizantes con el kirchnerismo ante la noticia. No solo nadie lo esperaba, sino que se trataba de la cara más visible del enfrentamiento de Néstor y Cristina Kirchner con la Iglesia, saludando a fieles desde el balcón. ¿Qué hacer? ¿Qué decir? ¿Qué actitud demostrar? Puede parecer algo automático, pero la sublevación del pensamiento propio no es bien vista en “los soldados” de “la jefa”. Había que aguardar alguna directiva, explícita o no.
Al principio fue el silencio el que hizo ruido. Mutismo absoluto. Luego, algunos se animaron a mostrar opinión ante el escenario obvio que se presentaba.
“No apoyó el aborto. No apoyó el matrimonio igualitario. No debería ser Papa”
Esas fueron las primeras críticas. ¿De verdad alguien pensaría que un eclesiástico llegaría a tal puesto en la sede apostólica por mostrarse a favor de tales tópicos? ¿Realmente podría imaginarse que un Papa, máxima figura de la Iglesia católica, apoye abiertamente estas cuestiones? Ingenuidad total. Si hipotéticamente el Papa Francisco se mostrara a favor del aborto, ¿la Presidenta se dignaría finalmente a enviar dicha ley al Congreso? ¿Cómo analizar las críticas a un Papa que no avala el matrimonio entre personas del mismo sexo cuando se crea una “comisión de la verdad” con un país que los cuelga en la plaza? Contradicciones varias.
RT @alexfreyre Bergoglio no puede ser Papa, perdió su condición de papable en el instnte en que me casé con @josedibello // no dejo de reir
— Javier Navia (@javiernavia) March 13, 2013
“No fue azaroso, tiene que ver con la unión latinoamericana”
Eso se animaron a deslizar después. Por supuesto, el experto en relaciones internacionales non sanctas, Luis D’Elía, fue el vocero más importante en este tipo de críticas. El golpe a la cabeza llegó cuando minutos después, el presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que el líder bolivariano Hugo Chávez influyó desde el cielo en la designación de Bergoglio. “No sé, nosotros sabemos que nuestro Comandante ascendió hasta esas alturas y está frente a Cristo. Alguna cosa influyó para que se convoque a un papa sudamericano, alguna mano nueva llego, y Cristo dijo: llegó la hora de América del Sur”. “Hoy es un día histórico, y no quiero dejar de mencionarlo: por primera vez en dos mil años va a haber un Papa que pertenece a Latinoamérica”, dijo ayer Cristina. Acto seguido, D’Elía dejó de juguetear con esa diatriba y eligió la de la riqueza contradictoria del Vaticano. Oro ante pobreza mundial. Algo que la Santa Sede seguramente nunca había escuchado.
FRANCISCO I es a América Latina lo q Juan Pablo II fue a la Unión Sovietica.El NUEVO INTENTO DEL IMPERIO POR DESTRUIR LA UNIDAD SURAMERICANA
— Luis D'Elia (@Luis_Delia) March 14, 2013
“Tiene vínculos con la dictadura”
En la cuenta en Twitter que el periodista de Página/12 utiliza para “publicar notas, no como un ida y vuelta”, según él mismo afirma, el escriba aprovechó para reflotar sus viejas columnas en relación a los vínculos del ahora Papa con la dictadura militar. “Al fin”, debieron pensar muchos. Había llegado lo más parecido a una voz oficial.
Las acusaciones tienen que ver con las denuncias de los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics, por presuntamente haberlos entregado a los militares. “Ambos estuvieron secuestrados cinco meses a partir de mayo de 1976. En cambio nunca reaparecieron las cuatro catequistas y dos de sus esposos secuestrados dentro del mismo operativo”, decía Verbitsky en P/12.
La imagen de Bergoglio, el nuevo PAPA y su bendición al dictador Argentino Videla. twitter.com/prensaopal/sta…
— Prensa OPAL Chile (@prensaopal) March 13, 2013
La red social ahora sí mostraba un blanco en común y unánime. Tanto, que algunos se entusiasmaron en mostrar una foto de Bergoglio dándole la comunión a Rafael Videla durante una misa en plena época del proceso. Nadie se preguntó por qué el recientemente elegido Papa aparecía en la foto casi en sus 70, canoso, con lentes y encorvado; es decir, como ahora, cuando debía tener algo más de 40 años en ese tiempo.
Y es que el de la foto no era Bergoglio. Si bien al principio se habló de Octavio Derisi, fallecido en 2002, luego pudo confirmarse que se trataba del sacerdote Carlos Berón de Astrada. El momento registra una misa celebrada en la Capilla de la Casa Central de la Pequeña Obra de la Divina Providencia Don Orione.
Sin embargo, la imagen no fue lo único que había por aclarar. El activista por los derechos humanos y premio Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, aseguró que el Papa Francisco, "no tenía vínculos con la dictadura".
Durante una entrevista a BBC Mundo, Pérez Esquivel aseguró que "hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no". "No hay ningún vínculo que lo relacione con la dictadura", indicó.
"A Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía", añadió Pérez Esquivel.
En el libro-entrevista "El Jesuita", de 2010, Bergoglio afirmó: "Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba, para abogar por personas secuestradas".
Si las declaraciones y contradeclaraciones derivan en alguna prueba fáctica, no hay dudas, Cristina no debería viajar al Vaticano para presenciar la misa de inauguración del papa Francisco, el 19 de marzo. Hasta ese entonces, deberá disfrutar cómo la noticia sacó de la agenda nacional sus tristes dichos sobre la diabetes, el acuerdo con Irán, la banca del condenado Carlos Menem y el desmantelamiento de la empresa Vale.