Mientras estas líneas se escriben, Sandra Arroyo Salgado termina de acomodar los detalles de la presentación que hará hoy jueves en el marco del expediente que investiga la muerte de su exmarido, Alberto Nisman.
Se trata de un documento basado en conclusiones del médico forense Osvaldo Raffo, su par legista Julio Ravioli y el criminalista Daniel Salcedo, ex jefe de la Policía Bonaerense. Todos ellos son parte del cuerpo de peritos de parte de la jueza.
Sobre la base de ese "paper", la exesposa de Nisman intentará desacreditar la hipótesis del suicidio e instalar la tesis de un eventual asesinato. Al mismo tiempo, buscará que el expediente de marras pase al fuero federal, más específicamente al juzgado del oficialista juez Luis Rodríguez.
No son nuevos ni novedosos los reparos de la magistrada para con la instrucción de la causa que llevan adelante la jueza Fabiana Palmaghini y la fiscal Viviana Fein, los cuales coinciden en tiempo y forma con los cuestionamientos que el gobierno ha comenzado a efectuar sobre las mismas funcionarias judiciales.
Lo curioso del caso es que la Fiscalía de Instrucción que encabeza Fein alega que, si no hubo avances significativos en la pesquisa, en parte tiene que ver con que la propia Arroyo Salgado los trabó.
Por caso, fuentes de ese cuerpo judicial aseguran que el contenido de los entrecruzamientos de llamadas entre Nisman y el ex SIDE Antonio Stiuso está próximo a darse a conocer.
Sin embargo, ello depende de que primero se resuelvan puntuales pedidos de peritajes de la querella.
Mientras unos y otros se echan culpas, la pregunta que prevalece pasa por otro lado: si lo que Arroyo Salgado objeta es la actuación de Fein-Palmaghini, ¿por qué no busca que la investigación la tomen otro juez y fiscal en lugar de que pase al fuero Federal?
Más aún: ¿Es casual que todos los cuestionamientos hacia la dupla que hoy investiga la causa Nisman tuvieran un repentino impulso luego de que se citara a declarar al secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni? Solo preguntas.
Independientemente de las razones que pudiera esgrimir Arroyo Salgado, hay una realidad que es irrefutable: el fuero Federal está influenciado desde hace años por la disuelta Secretaría de Inteligencia.
Por caso, la exesposa de Nisman logró llegar a su cargo de jueza merced a esos vínculos en el año 2006.
Sueltame pasado
De haber carecido de los contactos que ostentaba con el espionaje vernáculo —entre otros con el hoy denostado Stiuso—, Arroyo Salgado jamás hubiera logrado alcanzar la cima en el Juzgado Federal que comanda, el Criminal y Correccional Nº 1 de San Isidro.
Baste mencionar que los candidatos con los que compitió en su terna, Juan Pablo Salas, Raúl Maria Cavallini y Jorge Ariel Apolo, tenían un conocimiento mucho más acabado sobre derecho y quedaron excluidos.
Luego de que su designación fuera refrendada por Néstor Kirchner a través del decreto 713/2006, Arroyo Salgado no vaciló en mostrar inmediata gratitud: en su juzgado, comenzó a aglutinar decenas de causas contra piqueteros, docentes, trabajadores de la carne, de la leche y ferroviarios —entre otros—, procesados sólo por protestar contra la política K.
Con el paso de los años, la exesposa de Nisman iría aún más allá al avanzar en un ADN compulsivo a los hijos de la dueña de Clarín y al procesar a un grupo de periodistas que incomodaban a la Casa Rosada, entre los cuales se encuentra el columnista estrella de diario La Nación, Carlos Pagni.
Esos lazos con el oficialismo de turno —a los que se suma su debida gratitud con Stiuso— son los que explican la extrema mesura que muestra Arroyo Salgado a la hora de hablar sobre la muerte de su exmarido, a la sazón fiscal especial del caso AMIA.
¿Por qué la jueza jamás posa sospecha alguna sobre el gobierno a la hora de mencionar la muerte de Nisman? ¿Por qué nunca mencionó qué llamó a Stiuso poco después de ocurrido ese hecho? ¿Para qué lo hizo?
Dice diario La Nación al respecto: “Este diario se comunicó con Arroyo Salgado para consultarla sobre este vínculo, pero no recibió respuesta (…) En los Tribunales, a Arroyo se le adjudicaba un vínculo con Stiuso, que ofició durante muchos años como contacto entre la justicia federal y la SIDE”.
Como puede verse, muchos tienen demasiado que explicar.
El quijote de la mancha (en la frente)
A principios de febrero, la sociedad se vio conmocionada cuando Arroyo Salgado denunció ante la Justicia que, antes del hallazgo sin vida de Nisman, recibió una revista que llevaba la imagen de este en tapa y en la cabeza presentaba lo que simulaba un orificio de bala. El hecho sucedió cuando ella vacacionaba en Europa con sus dos hijas.
Puntualmente, la jueza dijo que el viernes 16 de enero a las 15:08 recibió del contacto de Whatsapp de Nisman una imagen de la tapa de la revista Noticias que iba a salir al día siguiente. La foto del funcionario judicial estaba en la portada.
"Secretos del fiscal que quiere condenar a Cristina", era el título principal de la edición que se publicó una vez conocida la denuncia contra la presidenta y varios miembros de su Gobierno. Lo sorprendente es que tenía un círculo negro en su frente, como si se tratara de una advertencia… o un presagio.
La investigación del hecho quedó en manos del juez Luis Rodríguez. Al mismo tiempo, la justicia comenzó a sospechar por lo ocurrido del enigmático novio de la exesposa de Nisman, Guillermo Elazar.
“Fuentes judiciales aseguraron que Elazar tiene la plena confianza de Arroyo Salgado, pero no deja de ser la persona que fotografió la portada y se la envió por mensaje a la jueza, que estaba de viaje en Europa”, según lo publicado por diario Perfil el último fin de semana.
Como sea, el hombre deberá dar explicaciones a la Justicia por haber sido uno de los que tuvo contacto directo con la revista Noticias en cuestión.
Luego de que se conociera un peritaje que demuestra que el círculo es una “inserción directa sobre la impresión offset original”, descartada la posible acción de los que imprimieron la revista —y del canillita que entregó el ejemplar—, solo resta la eventual participación de Elazar.
Si se comprobara que este último fue responsable de lo ocurrido, solo resta preguntarse: ¿Para qué lo hizo? ¿Cuál sería el beneficio?
Hay dos posibles respuestas al respecto: por un lado, el hecho permitiría a Arroyo Salgado contar con un elemento complementario respecto del posible asesinato de Nisman; por el otro, le permitiría que, en caso de lograr apartar a la dupla Palmaghini-Fein, el expediente recaiga en el juzgado de Rodríguez por “conexitud” de causas.
No se trata de cualquier magistrado, sino de uno de los pocos que aún conserva su alineamiento con la Casa de Gobierno junto con Norberto Oyarbide.
Rodríguez, a quien se lo acusó de copiarse en el examen para ser juez, llegó a su cargo el 3 de octubre de 2012 gracias a la oportuna presión del kirchnerismo.
Concluyendo
Cuando presente públicamente el resultado del trabajo de sus peritos, Arroyo Salgado también solicitará cerca de 100 nuevas medidas de prueba y, como se dijo, manifestará la intención de la familia de llevar el expediente a la órbita de la justicia federal.
Por lo que pudo saber este cronista, las conclusiones del estudio referido no prueban de manera alguna el homicidio de Nisman, sino que cuestionan lo actuado hasta ahora por la justicia ordinaria.
Si hay datos que puedan sugerir un asesinato —hay indicios, pero no pruebas—, aún no surgen de lo recabado en los peritajes judiciales, de los cuales Arroyo Salgado participa.
Debe mencionarse a ese respecto, los especialistas más reconocidos del país insisten en manifestar sus propias dudas. Lo hizo oportunamente Raúl Torre y, en las últimas horas, el perito Juan Carlos Alegretti, quien advirtió que, si bien “hay elementos para sostener el suicidio y el homicidio, todo apunta más para el suicidio, especialmente por el espasmo del dedo de Nisman”.
Cuanto más avanza, la causa parece volverse más compleja e irresoluble. A esta altura, todo indica que se hará carne la célebre cita del criminalista Edmond Locard: “El tiempo que pasa es la verdad que huye”.