Hace algunos días, publiqué en diario Mendoza Post una nota que intentó desmitificar un rumor que venía circulando en Mendoza: que había un hombre “pelado”, presuntamente pedófilo, en las puertas de los colegios que sacaba fotos a los chicos.
La alarma llegó hasta tal punto, que se motorizó una denuncia del colegio Compañía de María de la Capital mendocina ante la policía provincial. Incluso hubo un conocido diario mendocino que se hizo eco de la “novedad”.
Lo cierto es que, luego de estar durante horas haciendo tareas de inteligencia y vigilancia, los uniformados terminaron con las manos vacías.
Bien se hubieran ahorrado todas las molestias de haber sabido que se trata de una leyenda urbana que en su momento hizo furor en Buenos Aires y que rápidamente fue desmentida por los sabuesos de esa misma provincia.
Hasta acá podría tratarse de algo curioso, de una anécdota risueña para contar a la hora del té. Sin embargo, la difusión de este tipo de cuestiones conlleva un inusitado peligro: que se genere una psicosis en la sociedad que luego será difícil de detener o menguar.
Es lo que sucedió en San Juan luego de que una mujer publicara la foto de un albañil acusándolo de ser secuestrador de niños, algo que finalmente resultó falso.
Se trata del caso de Andrea Femía, quien aseguró haber recibido la imagen del "criminal" a través de WhatsApp y la subió a la red social Facebook.
Acto seguido, el damnificado fue a la comisaría a denunciar la calumnia y la mujer fue demorada algunas horas.
Según publicaron medios de esa provincia, la detención fue ordenada por un juez de San Juan, luego de que la imagen fuera compartida cientos de veces en la red social y que el propio involucrado se enteró de lo sucedido y recurrió a las autoridades policiales.
“El hombre, un albañil desocupado de 45 años, dijo que la foto se la tomaron cuando aguardaba a su familia en la puerta de la escuela”, según diario Clarín.
Lo curioso es que el damnificado solo había detenido la camioneta de su hermano en la puerta del colegio Santa Rosa de Lima de San Juan para esperarlo mientras realizaba unos trámites cerca de allí.
Sin embargo, lo más sorprendente es lo que dijo la mujer —Femía— ante el juez: aseguró que sus hijos no asisten a dicha escuela, que ella sólo había recibido la foto por WhatsApp y la subió a Facebook “sin constatar si lo que se decía era verdad”.
Como se dijo, este tipo de cuestiones genera una innecesaria psicosis en la sociedad e impulsa el consabido “efecto contagio”. Por caso, Femía confesó que ella solo hizo “lo que todas las personas hicieron”.
El hecho de imputar un delito a alguien por mera presunción es de una irresponsabilidad enorme, más aún si los medios se hacen eco de ello.
El daño que alguien puede llegar a sufrir por una acusación falsa es difícil de mensurar. El propio albañil dejó algunas puntas para poder entenderlo: "Me miran raro mis vecinos o la gente que sabe que vivo acá. No me dan ganas ni de ir a comprar cigarrillos al kiosco del barrio por ese motivo. En mi vida he tenido un problema así y encontrarme en una situación injusta como ésta me pone mal".
Ya lo dijo alguna vez Jorge González Moore: “Somos esclavos de nuestra irresponsabilidad y víctimas de nuestra responsabilidad.”
Es una puesta en escena para imponer una legislación mordaza para particulares que publiquen en internet contra las mafias organizadas. Otro gran negocio para los abogados, entablar miles de demandas por "difamación". No olvdemos que la policía no toma denuncias para "mantener bajo el índice" y no investiga nada que la mafia política no ordene. Seremos como en el "primer mundo" donde todos están mudos nadie ve nada ni sabe nada acerca de nada. Los únicos dueños de la verdad serán los "funcionarios públicos" y el periodismo desaparecerá. A la mafia política le perocupa mucho la libertad que internet brinda, quieren mentir, robar y matar con toda impunidad y tranquilidad sin que ningún "advenedizo" les moleste. Es mucho mejor que un presunto merodeador pase un mal momento que una criatura sea violada, o aun peor torturada y asesinada como ocurre frecuentemente, a pesar que los medios no lo informen.
Enemol, afloja, estas demasiado paranoico y eso te hace soltar una catarata de pavadas en tu comentario.
Menos mal que tenemos a vos "Agustin" que sos quien define con precisión quien dice pavadas en el foro. Se nota que estas bien informado, seguro que sabías de la creación de "La flamante AFTIC -que absorberá la Secretaría de Comunicaciones (Secom), la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), Arsat, el Correo Oficial y Argentina Conectada- es el primer paso para la reglamentación de la ley Argentina Digital, que le dio poderes ilimitados a la nueva autoridad de aplicación. Según se supo hoy, el nuevo organismo contará con un presupuesto de unos $ 15.000 millones y más de 20.000 empleados. O sea que es todo "paranoia". Deja de vivir en una nube de pedo e informate de la verdadera realidad aberrante de un país destruido y en vías de ser comunistado.
Estimado Enemol, no entendi bien, la puesta en escena para Ud. quien la hizo , si a Ud. le sacaran una foto en la calle y la subieran a Facebook diciendo que es un pedofilo, un secuestrador de niños etc. que haria al respecto, yo aclaro no vivo en una nube de pedo como le dijo a Agustin, se perfectamente que en el pais con este gobierno populista demagogo y corrupto cada vez es mas dificil vivir, se puede y se debe publicar en internet en forma particular cualquier causa que ayude a limpiar el pais de lacras pero antes de hacerlo hay que ver con minuciosidad si es verdadera la noticia, sino se transforma en una bola de nieve que si es inexacta destruye a cualquiera.-
Los pedófilos mas peligrosos no son los que estan en las puertas de las escuelas, sino los que estan dentro de las iglesias. Es decir, los curas. En efecto hace una semana todos los diarios de Europa publicaron los resultados de un estudio, hecho por curas, sobre la incidencia de la pedofilia clerical en Europa. Los resultados son espantosos: desde 1.970 hasta hoy se han descrito unos 300.000 casos de pedofilia. Si se quisiera meter en cana a todos esos curas abusadores de niños indefensos, no cabrían ni en todas las carceles de Europa.