El caso era “trucho” por donde se lo mirara. Una Trafic blanca, un secuestro a la salida del colegio y una amiga que cuenta un supuesto rapto con una tranquilidad que abruma.
Se trata de lo ocurrido con Mailén Sánchez, la chica de 12 años que desapareció ayer en Chacarita, Ciudad de Buenos Aires.
Los medios compraron la noticia como si fuera real… una vez más, claro. Siempre aportando a la desinformación.
Temprano tuiteé que el caso era falso, solo por deducción. Era obvio. Es que, en este tipo de cuestiones, una y otra vez se da el mismo patrón, con datos imposibles.
Rarísimo el caso Mailén, la chica desaparecida en Chacarita. Traffic, puerta de colegio... típico de leyenda urbana.
— Christian Sanz (@CeSanz1) 4 de noviembre de 2016
Luego aparece la declaración de la amiga de Mailén, imprecisa y ausente de detalles obvios. Ello sin mencionar la elocuente tranquilidad de la chica.
Finalmente, aparece la célebre camioneta blanca con vidrios polarizados, infaltable en toda leyenda urbana que se precie de tal, desde el improbable tráfico de órganos hasta el secuestro de colegiales.
¿Hasta cuándo los medios seguirán —seguiremos— cayendo en la trampa que representan estos casos? Ciertamente, es peligroso difundir casos como el mencionado, porque alertan a la sociedad innecesariamente, llevando a la gente a un estado de perniciosa paranoia.
Son días en los que hace falta cordura y escepticismo, y los periodistas estamos aportando justamente lo contrario.