Anoche, a las 23, el socialista Miguel Lifschitz superaba al candidato del Pro Miguel Del Sel en el recuento oficial y no abandonaría ya el primer lugar hasta el final del recuento de los comicios provinciales que lo consagraron como nuevo gobernador de la provincia de Santa Fe.
La principal causa de lo ocurrido fue la increíble ceguera del jefe de gobierno porteño y de su impresentable asesor Jaime Durán Barba (el mismo que fracasó estrepitosamente en Brasil al hacer perder a la ecologista Marina Silva, quién ni siquiera llegó al balotaje a pesar de ser la gran estrella de las últimas presidenciales).
Mauricio desdeñó hace pocos días un acuerdo con el Frente Renovado de Sergio Massa a pesar de que hace sólo dos años compartieron listas en la provincia de Buenos Aires cuando le ganaron al kirchnerismo y frenaron la inminente re re de Cristina Fernández.
Si hubieran pactado, los votos del massista Cachi Martínez en el estado subnacional con forma de bota (más del 3 %) hubieran girado hacia el macrismo y el Midachi se habría asegurado cuatro años al frente de la Casa Gris.
Ahora, al Pro le esperan en tres semanas otros dos tragos muy amargos: va a perder por más de diez puntos en la provincia de Córdoba frente al delasotista Juán Schiaretti y, ese mismo día, Martín Lousteau va a enviar a Horacio Rodríguez Larreta a un balotaje con final absolutamente incierto.
Si hace triple carambola y Macri pierde en menos de un mes Santa Fe, Córdoba y CABA (tres de los cuatro distritos con más votantes del país) el Pro se desinflará de una forma casi inédita y terminará siendo un “flash party” que nace, tiene su corto lapso de gloria y luego desaparece.
Resumiendo, la que se suponía como una “gran carta de la oposición” contra la mafia de los K habrá rodado por la escalera dejando huérfanos a buena parte de quienes detestan este régimen feudal que maneja los destinos de la Argentina.
No me caben dudas de que el millonario ecuatoriano juega para CFK. Personalmente, lo escuché en 2011 cuando trató de convencer uno por uno a los presidenciables para que se bajaran de la contienda con la Jefa de Estado porque “nadie le gana a una viuda”.
El único que le hizo caso fue Mauricio, quién ya había sido reelecto en Bolívar 1 y no arriesgaba nada. Una participación suya hubiera concitado entre el 15 y el 20 % de los sufragios. Podemos decir de manera contrafáctica que el kirchnerismo jamás hubiera tenido el 54 % con el cuál hoy hace lo que quiere en el Congreso Nacional, avasallando a las minorías.
Durán Barba y el lord mayor de Buenos Aires le regalaron el parlamento a una mujer que no trepidó en decir, seis meses más tarde “ahora, vamos por todo”.
En mi libro “Socios, todos los pactos Pro K”, que puede descargarse gratis en este mismo periódico, arranco el trabajo contando cómo es el plan de la Casa Rosada para perpetuarse en el poder, tal como lo hicieron en la destruida Santa Cruz.
Diploma, medalla y beso para Mauricio. Sos el pelotudo del año. Te lo ganaste con honores.