En alguna oportunidad, definí al peronismo en el poder como la expresión política del crimen organizado. Aunque dicha definición podría enojar a mucha gente, cabe aclarar que la misma no es antojadiza, sino que tiene fundamentos, que desarrollaré seguidamente.
Nacimiento
El peronismo nace desde el Estado y bajo el liderazgo de un militar dos veces golpista, que ejercía, entre otros cargos, la vicepresidencia de un gobierno de facto. Admirador de los regímenes totalitarios que asolaron a Europa durante la primera mitad del siglo pasado, el General Perón trasladó buena parte de las prácticas autoritarias fascistas a su propio movimiento.
El “primer” peronismo
La persecución de opositores y de la prensa, derivada de la aplicación de una lógica bélica a la política, la cooptación de todos los poderes del Estado por parte del líder y la propaganda fascista disfrazada de educación, son sólo algunas de las características que hicieron del peronismo una fuerza política incompatible con el orden constitucional republicano y democrático. Pero además, toda esta política autoritaria se vio coronada con la recepción, por parte del “primer” peronismo, de varios criminales de guerra nazis que fueron protegidos en nuestro país. Así, no conforme con su protección del nazismo, el peronismo implementó, también su propio genocidio, mediante la salvaje matanza perpetrada sobre los pilagá, un pueblo originario masacrado bajo la Presidencia de Perón, en la Provincia de Formosa.
El peronismo “herbívoro”
La vuelta de Perón, el segundo peronismo, fue precedido por la violencia entre grupos de la izquierda y la derecha peronista. Dicha violencia, que fue utilizada y promovida por el General para justificar su retorno, persistió hasta el golpe del 76`, y aún con posterioridad al mismo. Pese a su autoproclamada condición de “León Herbívoro”, la realidad es que no hubo etapa constitucional en la que se matara más gente, desde el Estado, que durante la etapa iniciada por la tercera presidencia de Perón y continuada, a su muerte, por la primera y –gracias a Dios- única presidencia de su viuda.
En definitiva, el peronismo dejó –a su salida- una organización represiva e inhumana en funcionamiento, que los militares golpistas se dedicaron a profundizar y extender a niveles jamás vistos en nuestra Historia. De esto da cuenta el reciente fallo “La Perla”, dictado por el Tribunal Federal Nº 2 de Córdoba, el 25 de agosto del corriente año.
El peronismo neoliberal
La etapa menemista del peronismo, si bien se caracterizó por un elevado nivel de corrupción, no se privó de crímenes aún más aberrantes, como la voladura de una fábrica militar en medio de una importante ciudad cordobesa, causando muertos, heridos y daños materiales, al solo efecto de tapar el manejo corrupto de Fabricaciones Militares.
En relación a esto, la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, constituyó la proyección internacional de la organización criminal peronista.
Finalmente, y ratificando su línea histórica y violenta, el menemismo indultó a los protagonistas de la etapa dictatorial y a sus supuestos enemigos montoneros.
El peronismo K
El Kirchnerismo fue esencialmente corrupto, quizá el gobierno más corrupto de la Historia. Sin embargo, la apropiación de fondos estatales no ha sido el acto criminal más importante. El kirchnerismo retomó del menemismo, como “políticas de Estado”, la permeabilidad al narcotráfico y la expansión del juego hasta los lugares más remotos y pobres del territorio nacional.
Siguiendo la línea del primer peronismo, aunque utilizando medios más sutiles, los K persiguieron a la prensa y a los opositores. También se puso al frente del Ejército y de una inteligencia muchas veces ilícita, a un general acusado de delitos de lesa humanidad y corrupción. Asimismo, se pactó un Memorandum de impunidad con la República Islámica de Irán para desbaratar los avances en la investigación por el atentado a la AMIA , provocando una situación de conflicto entre el Fiscal que investigaba el atentado y el oficialismo, que terminó con la muerte violenta de dicho funcionario.
Un capítulo aparte, corresponde a Milagro Sala, cuyo poder radicó en el respaldo político y económico del Estado Nacional. Las características paraestatales de su organización podrían darle carácter de crímenes de lesa humanidad, a los delitos contra las personas por los que se investiga, tanto a Sala como a los miembros de su organización.
En fin, degradación absoluta de todos los valores democráticos y republicanos, sumados a los miles de millones de dólares sustraídos por corrupción.
Conclusión
Difícilmente haya existido un movimiento político en la Historia de la humanidad que haya causado tanto daño, durante tanto tiempo, a su propio país. Más allá de algunos derechos sociales que llevó a la práctica el peronismo –muchos de ellos de baja calidad-, lo cierto es que sus métodos destruyeron el concepto de ciudadanía. Para decirlo más claramente, se concedieron derechos sociales condicionantes de derechos ciudadanos. Sometimiento al líder, a cambio de algunos bienes materiales. Sometimiento garante de la subsistencia de los pobres, pero también garante de la subsistencia y ampliación de la pobreza misma. Esta situación de condicionamiento, sumada al costoso uso de la propaganda peronista con fondos estatales, durante amplios períodos de nuestra Historia, así como al cobarde silencio desde las expresiones NO peronistas, son los elementos que aún sostienen al peronismo como opción política.
Si los que comparten lo que aquí se describe no lo ponen en conocimiento de sus compatriotas por temor a ser tildados de “gorilas”, “vendepatrias”, “oligarcas”, etc., se le podrán ganar elecciones al peronismo, pero jamás se podrá vencer la cultura antidemocrática y antirrepublicana a la que nos somete, durante largos períodos, esa formidable expresión política del crimen organizado que es el peronismo en el poder.