"El nuevo ministro de Hacienda fue director de Papel Prensa, trabaja en TN y es columnista en La Nación… Ah! Y también compró dólar futuro". Así de simplista fue la descripción que hizo ayer Cristina Kirchner de la figura de Nicolás Dujovne, el flamante ministro de Hacienda de la Nación.
La furia de la expresidenta se sustentó en el procesamiento que le endilgó el juez Federal Julián Ercolini en el marco de la causa por la concesión de obra pública durante su mandato.
En el duro auto de procesamiento, el magistrado acusa a Cristina de ser "prima facie" coautora penalmente responsable del delito de asociación ilícita en concurso real con el de administración fraudulenta agravada por haberse cometido en perjuicio de una administración pública. A su vez, ordenó un embargo sobre su persona por 10.000 millones de pesos.
Más allá de las palabras —y el consecuente enojo— de la exjefa de Estado, muchos aún hoy se preguntan quién es Dujovne, de dónde salió y por qué fue el elegido por Mauricio Macri para ocupar un lugar estratégico del Ministerio de Economía.
Primero lo primero: el ahora ministro de Hacienda tiene 49 años y se recibió de economista en la Universidad de Buenos Aires. Posteriormente, se especializó a través de un posgrado en la Universidad Torcuato Di Tella.
Durante 2016 supo trabajar como coequiper del periodista Carlos Pagni en Odisea Argentina un programa de semanal emisión por Canal TN. También fue autor de columnas económicas tan precisas como inquietantes en diario La Nación.
Mucho antes supo ser consultor del Banco Mundial en Buenos Aires y en Washington y trabajó durante casi diez años como economista jefe del Banco Galicia, de donde se fue en malos términos. Allí, dicho sea de paso, algunos accionistas son parientes del jefe de Gabinete, Marcos Peña.
También fue consultor económico en las firmas Alpha, Macroeconómica y el Citibank, y supo estar al frente de Nicolás Dujovne y Asociados, la consultora que fundó y a la cual CFK acusa de no tener número de CUIT.
Su paso por la función pública empezó hace más de 15 años: a los 32 ya era delegado ante el Banco Central del Ministerio de Economía que dirigía José Luis Machinea en el gobierno de Fernando De la Rua.
Posteriormente, Dujovne fue director de Papel Prensa en representación del Ministerio de Economía y, en una de sus actividades más recientes, supo formar parte de la Fundación Pensar, la “usina de ideas del PRO”, que armó los planes de gobierno preelectorales.
Hasta esta semana seguía cobrando desde el Senado de la Nación, donde ostenta un contrato desde el año 2012, aún cuando nadie jamás lo ha visto concurrir allí.
Una perlita: el ahora ministro de Hacienda fue uno de los firmantes que atacaron al juez Daniel Rafecas en una polémica solicitada que fue rechazada por amplios sectores sociales y políticos.
Sin embargo, su costado más polémico tiene que ver con los vínculos que Dujovne ostenta con el grupo IRSA, que comanda Eduardo Elsztain, involucrado en diversos escándalos y estafas relatados con lujo de detalles en el libro “La mafia judía en la Argentina”. Uno de ellos es el que tuvo que ver con la aparición de una bolsa con dinero en el baño de la entonces ministra de Economía Felisa Miceli.
Lo mismo ocurre con el quebrado Banco Patricios: los vínculos entre la familia Szpolski y el ahora ministro de Hacienda suelen esconderse con gran eficacia. Dicen quienes conocen la trama que Dujovne fue quien manejó los fondos “negros” de oportunos ahorristas que allí supieron recalar.
Estas y otras historias irán apareciendo en un futuro próximo, como suele suceder en este tipo de situaciones. Como dice la célebre frase, que suele citar este periodista: “Nadie resiste el archivo”.