Luego del inesperado procesamiento de Julio De Vido y José López en el caso Skanska, cuyos detalles fueron contados en esta nota, es preciso recordar que Tribuna de Periodistas fue uno de los primeros (sino el único) medios en hablar del tema hace 12 años.
Hacía muy poco que Néstor Kirchner era presidente y la mayoría de la prensa (salvo Perfil y otras honrosas excepciones) vivía la famosa “luna de miel” para con el nuevo inquilino de la Casa Rosada. Nosotros no.
De hecho, este portal ya venía denunciando los negociados de De Vido y otros funcionarios K.
Ello permitió que los primeros arrepentidos se contactaran con TDP, al ver que éramos de los pocos que veníamos para poner la lupa sobre el kirchnerismo.
Uno de ellos nos permitió anticipar en agosto de 2005 aquello que luego llegaría a todos los medios del país: “El gobernador Carlos Verna, titular del feudo pampeano, debería explicar algunas de las cosas que pasan en su provincia. Por ejemplo, el oneroso contrato (¿negociado?) firmado con la Unión Transitoria de Empresas (UTE), conformada por las firmas Techint y Skanska, por 14 millones de pesos por el acueducto del Río Colorado”.
Luego, en diciembre de 2006, volvimos a la carga, esta vez en forma de pregunta: “¿Alguien profundizará sobre el escándalo de las coimas a Skanska, que rozan al Ejecutivo nacional?”.
Pocos meses después, en mayo de 2007, cuando los medios empezaban a hablar de tema tímidamente, nosotros contamos los vínculos del entonces ministro de Planificación Federal con la firma sueca bajo sospecha: “De Vido aparece en el centro de las acusaciones por la causa Skanska. Dos privilegiados testigos han señalado al ministro cajero como eventual receptor de una coima y una de las empresas señaladas en medio de este escándalo (BTU) estaría íntimamente relacionada con él, de acuerdo a lo que surge de la causa judicial”.
En septiembre del mismo año fuimos más allá y hablamos, no solo de Skanska, sino también de Odebrecht, mucho antes de que estallara la causa que aún genera dolores de cabeza a varios exfuncionarios K: “El nuevo bochorno para la administración Kirchner lo representa el 35% de sobreprecios en los trabajos que la empresa brasileña Norberto Odebrecht está llevando a cabo, como una de las compañías participantes, en los gasoductos troncales en construcción en el país”, dijimos en el marco de una nota titulada “De Skanska a Odebrecht”.
Hicimos muchas otras notas sobre el mismo tema, avanzando en detalles que permitieron entender cómo el kirchnerismo robó a través de los contratos con la firma sueca. Todas ellas pueden encontrarse al poner “Skanska” en nuestro buscador.
Por eso, en estas horas en las que De Vido aparece complicado en ese expediente, no podemos más que elogiar el trabajo de los periodistas de este portal que se anticiparon a los tiempos judiciales, tolerando los aprietes y persecución de los K, que por momentos se volvió insoportable.
Felicitaciones Tribuna!! Un orgullo por seguirlos desde aquellos tiempos..!!!
MARCELO HUGO SHOWMATCH le vendía facturas truchas, con ese tema le "vendió" a Indalo, sino lo "carpeteaban".
Muy bien por el periodismo de investigación, acá y unos pocos más. Muy floja la parte ideológica, porque se la comieron doblada. Somos muy formados para descubrir maniobras negociados y fraudes al estado, pero muy poco formados para explicar y denunciar las modalidades delictivas que les dan espacio y protección desde lo que seguimos aceptando y tolerando como política. Es muy simple, si es revolución es guerra, si es guerra no es democracia. La política como la guerra es un contrasentido. No es legítimo justificar la hegemonía desde la identidad como fanatismo de un ejército militante. Esa es la primera denuncia que corresponde hacer porque los demás hechos delictivos son todos producto del delito original que es plantear una guerra civil como opción política y votarla como si el voto fuera suficiente para legitimar cualquier cosa. Usar la mentira la calumnia y la controversia con fines "políticos" debería ser un delito penal equiparable como mínimo a publicidad engañosa o falsedad ideológica. Cualquier cadena nacional donde Cristina se atribuía privilegios de reina en forma explícita o implícita hubiera sido suficiente para la destitución. Los madrugó a todos con esa porque sabía que era lo que le correspondía.