En estas horas, entretanto se escriben estas líneas, la Subdirección General de Operaciones Impositivas del Interior actúa en forma silenciosa y oculta para desbaratar una red financiera clandestina —de las tantas que existen en nuestro país—en la provincia mediterránea de Córdoba, más precisamente en la localidad de Villa Carlos Paz; apodada “La Villa”.

La lupa de los sabuesos se posa sobre una persona en particular, un hombre harto conocido por todos, que se mueve en la ilegalidad a la vista de propios y ajenos.

Carlos Paz no es cualquier lugar, sino una ciudad que se caracteriza por tener una gran actividad comercial, turística y financiera, y donde la economía informal crece a pasos agigantados.

Esto es, el manejo de ingresos o fondos fuera del circuito legal y/o bancario; o sea más precisamente a operaciones de cambio de cheques por fuera del circuito bancario que se llevan a cabo en innumerables cuevas u oficinas clandestinas dedicadas al descuento de cheques por efectivo proveniente de ventas o cobros de una economía informal que hace a la Evasión Fiscal no solo por parte de quien maneja estos reductos sino de todas las partes que intervienen en este estilo comercial.

Estas cuevas están dedicadas al cambio de dólares, préstamos en efectivo y cambio de cheques. Dicho sea de paso, no es difícil explicar por qué los financistas del segmento ilegal atraviesan un excelente momento: ventas en baja, tasas de interés elevadas, demoras cada vez más grandes en la cadena de pagos y descubiertos bancarios explican todo. Ergo, la necesidad de mantener el capital de trabajo y hacerse de efectivo se ha convertido en una tarea costosa.

Los bancos no tienen herramientas útiles para el comercio en general; las tasas de interés no son atractivas y hay recortes en el financiamiento a empresas, ya sea para el uso del descubierto como para la compra de cheques; a un costo de financiamiento muy elevado.

En este contexto, en donde los préstamos son caros y difíciles de obtener, las más beneficiadas son estas cuevas” que se encargan de descontar cheques entregando efectivo a cambio, claro está, de su onerosa comisión.

Allí, en este mercado informal de dinero en Carlos Paz, aparece “el mayor prestamista”, un hombre dedicado al cambio de cheques, a la compraventa de dólares y a los préstamos personales a tasas usurarias.

Cómo funcionan las “cuevas”

Se trata de un negocio tan próspero como ilegal, que crece de manera inversamente proporcional al achicamiento de los descubiertos de los bancos. ¿Qué otra alternativa que caer en estas financieras para descontar cheques o tomar créditos que si bien son “usureros” son fáciles de obtener ya que no hay requisitos que cumplimentar como sucede con los créditos bancarios?

Para ser más gráficos debemos explicar que, tanto se trate de una financiera legalmente establecida, de una “cueva reconocida” o de un simple “cambia cheques2 que opera por su cuenta, el sistema es indistinto y los costos también lo son.

Lo primero que hacen los que  refrendan esta actividad ilegal, es identificar quién es el librador del cheque y en función del riesgo crediticio aplicar la tasa de descuento.

Esa operación de investigación se hace en forma rápida a través de Internet y según el resultado de la gestión el costo del porcentaje que se descuenta del cheque al efectivo varía, dependiendo de la categoría de quien es el firmante del mismo.

O sea que, si el cheque es de una empresa o comerciante reconocido, la tasa es menor a la que se cobra si el librador esta categorizado con un mayor riesgo que también está ligado a la calidad crediticia del mismo. Asimismo en el porcentaje que se cobra también influye como elemento importante el plazo al cual se negocia el cheque a mayor cantidad de plazo mayor es la comisión que se cobra.

En Villa Carlos Paz convive con este sistema uno de los prestamistas más grande de todo Córdoba que atiende en oficinas fortificadas, se deja ver en los bares del centro, donde funcionan sus "oficinas" ya sea en locales internos de famosas galerías pequeñas pero céntricas.

En ese campo de operaciones, teléfono celular en mano, esperan una llamada para concretar la operación. No parecen tener el temor de quien se mueve en la marginalidad aún cuando algunos convenios se concretan disimuladamente por debajo de la mesa, a la vista de quien quiera ver.

Estos prestamistas también se mueven en el rubro de la financiación para la compra de automóviles, trabajando detrás de las agencias y ponen su propio capital como servicio financiero de estas por la compra/venta de automotores a plazo.

Otra modalidad muy usada por quien maneja estas cuevas es recibir vehículos que son entregados como parte de pago para cancelar las deudas contraídas con el “financista”. Estos vehículos son pasados rápidamente a la venta para hacerse del efectivo; para ello se contactan con revendedores del mundo del automotor.

En esta operatoria la mayoría de las veces se lleva a cabo de garantizar el crédito con una garantía prendaria; con lo cual también en esta operatoria se involucra a profesionales tales como abogados y escribanos así como también gozan con el apoyo de algún que otro Secretario de algún Ministerio Nacional.

De esta forma, amparado bajo la actividad del hielo, concesionarias de automotores, bienes raíces y comercialización de tarjetas de telefonía, la impunidad, la usura y la evasión fiscal se ha instalado en “La Villa”. A la cabeza, como se dijo, aparece “el mayor prestamista”, que todos conocen y pocos se atreven a mencionar.

Este tipo de actividad va en desmedro de habitantes, comerciantes, empresarios honestos que se ven perjudicados por el accionar de personas sin escrúpulos que crecen económicamente a través de testaferros y pasan a ser figuras anónimas con vida fuera del marco legal. Típicos delincuentes de guantes blancos.

Por ello, quien escribe estas líneas, ha aportado evidencia de sobra a la Subdirección General de Operaciones Impositivas del Interior, a efectos de que impulsen las consecuentes causas judiciales en el fuero Penal Económico por asociación ilícita y evasión fiscal.

Como dice aquella añeja frase periodística, habrá más novedades para este boletín.