El periodismo no pasa por sus mejores días. No es algo nuevo ni novedoso, es algo que viene manifestándose en los últimos tiempos. Sus razones son multicausales.
La explosión de las redes sociales, el nacimiento de infinidad de portales en la web y el decrecimiento de la pauta publicitaria, han conspirado para que ello ocurriera. Pero hay mucho más.
Como sea, ello permitió que floreciera el periodismo operador, con canales que directamente se dedican a hacer campañas de desprestigio basadas en mentiras de sencilla comprobación. A la cabeza, se encuentran C5N y Crónica.
No casualmente, allí abrevan personajes de la talla de Gustavo Sylvestre, Víctor Hugo Morales y el siempre polémico Santiago Cúneo.
Respecto de este último, desde este mismo espacio, conté hace algunos días cómo había pasado de la casi miseria a la fortuna personal, de manera fugaz y meteórica.
“A mediados de los 90 vivía en una casa alquilada, tenía un desvencijado Renault 18 y hasta le pedía fiado al carnicero. Meses más tarde, adquirió de la nada una ostentosa propiedad en San Miguel, y empezó a moverse en dos vehículos de relevancia: una 4x4 y una coupé Alfa Romeo 145 Quadrifoglio”, conté entonces.
Allí mismo expliqué que probablemente la cuestión estuviera vinculada con su participación en una empresa petrolera en sociedad con un grupo de cuestionados carapintadas.
Rápidamente se contactó conmigo una persona que supo trabajar con él, a efectos de aportar mayor información al respecto. “Cúneo empezó comprando camiones de JP1”, sostuvo el ocasional informante.
-¿Qué significa JP1?
-Viene de “jet propulsion”, es nafta de avión. El tema es que Cúneo la mezclaba con Gasoil. 80% JP1, el resto gasoil. Y la vendía como gasoil puro y del bueno. Compraba camiones y camiones de productos pesados y fabricaba nafta súper.
-¿Cómo hacía para pagar?
-Pagaba con cheques, y antes de caer los cheques denunciaba pérdida y/o robo de chequeras y Volvía a refinanciar y vuelta hacía lo mismo. Mientras tanto seguía ingresando camiones mezclaba, vendía y se quedaba con la plata.
-Tengo entendido que también usó fondos públicos…
-Sí. En un momento pidió plata a la provincia al FOGABA, fondo de garantías de la provincia de Buenos Aires. 500.000 pesos en el “uno a uno”. Pero tampoco lo pagó y se presentó en Concurso de acreedores con su empresa Cop-Petrol.
-¿De cuánto estamos hablando?
-El total de la estafa fue de unos 12 palos verdes/pesos, más la venta de su estación de servicio en Santa Fe. Y eso sin contar la guita que pedía a empresarios para su futura candidatura.
-¿Por qué nadie le reclama legalmente?
-Tiene muy buenos abogados, uno es su propio hermano. También Mariano Cúneo Libarona, al que presentaba como su primo.
Como se dijo, la persona que aportó los detalles aquí descriptos es alguien que supo tener gran cercanía con Cúneo. Su nombre se mantiene en reserva por cuestiones de seguridad y solo será revelado en caso de ser estrictamente necesario.
El mismo informante aportó detalles de un prostíbulo ubicado en la entrada a San Miguel, sobre ruta 8, que el mismo periodista tendría en sociedad con un ex comisario de Tres de Febrero al que apodan “el Japonés”. El dato requiere ser chequeado aún, por eso se lo pone en condicional.
Por ello, tal cual dice una vieja frase del periodismo radial, “habrá más novedades para este boletín”.