Desde que tengo memoria —al menos desde hace unos cinco  años—, vengo ofreciendo declarar en el expediente que investiga la desaparición de María de los Ángeles Verón, el N° 23554/2002. No solo se trata de mis palabras: deseo aportar evidencia que logré colectar a lo largo de la extensa investigación que resultó en mi libro Trimarco SA.

Alguna de esa prueba es concluyente y demostraría que lo ocurrido con la joven evaporada en abril de 2002 es solo parte de una farsa pergeñada por su propia madre, Susana Trimarco.

Hasta el día de hoy no he logrado jamás mi cometido, a pesar de mi propia insistencia e incluso del pedido de algunos de los acusados en el mismo expediente. En todos y cada uno de los casos, la madre de Marita Verón se ha tomado el trabajo de desalentar a los funcionarios judiciales a efectos de que no me llamen.

Es curioso, porque los abogados de la mujer —los impresentables Carlos Varela Álvarez y Carlos Garmendia— insisten en acusarme de mentir en mi libro sobre Verón y Trimarco. No obstante, jamás me han enviado siquiera una carta documento... ¿cómo pretenden “desenmascararme” entonces?

Es simple: si yo miento y refiero situaciones que no son reales, podrían imputarme la figura de “falso testimonio” al momento de declarar. Pero ello no ocurrirá, porque ellos mismos bloquean esa posibilidad. Sintomático, por cierto.

Lo antedicho viene a cuento de lo ocurrido en las últimas horas, cuando la titular de la fiscalía VI de Tucumán, Adriana Reynoso Cuello, decidió no hacer lugar para que declare en el expediente de marras, a pedido de uno de los detenidos, Fernando José “Chenga” Gómez. De más está mencionar que, detrás de la decisión de la fiscal aparece la mano de los mencionados letrados, Varela Álvarez y Garmendia.

Desde la cárcel, el propio Gómez envió una carta al portal riojano El Federal On Line, en el que habló de esta situación y, de paso cañazo, aprovechó para culpar al gobierno de Cristina Kirchner por su situación judicial.

Como ya lo he reiterado en diversas oportunidades, jamás en mi vida he visto ni he hablado con ninguno de los condenados por el caso Verón, a pesar de que algunos de ellos han intentado hablar conmigo de toda manera posible. Decidí mantener la distancia para que no se contaminara mi investigación ni me acusaran de ser vocero de estos.

Debe mencionarse que la mayoría de ellos tiene frondosos prontuarios judiciales, incluso. Sin embargo, no hay una sola prueba en todo el expediente —ni una— que los involucre en la desaparición de Marita.

Por ello, la justicia los sobreseyó en el año 2012, luego de 10 años de investigación. Si volvieron a prisión fue por la eficaz presión política de Trimarco, primero al exgobernador José Alperovich y luego a la entonces presidenta Cristina Kirchner. Me consta.

El caso me interesó por ello justamente, porque muestra la fragilidad del sistema judicial argentino, proclive a meter presos a ciudadanos que son inocentes. Como si nada.

Esto es de una gravedad inconmensurable. Y echa por tierra cualquier pretensión de republicanismo, en cualquier país del mundo.

No se trata de una valoración periodística: a quien dude acerca de lo que digo en esta columna, lo invito a descargar gratuitamente mi libro Trimarco SA e intentar refutar una sola línea. No podrá.

Como sea, ya he escrito demasiado al respecto, por lo cual solo los dejaré con la carta de Gómez, aquella que envió desde la cárcel a El Federal, dirigido por mi colega y amigo Ángel Flores.

20 de junio. Hola a todos. Soy Fernando José Gómez, DNI 28.582.170. Hoy quiero hacer saber a todas las personas que forman esta sociedad y en este país, que yo estoy detenido y privado de mi libertad por el caso de Marita Verón, que es una mujer joven que hace 16 años que no está con su familia Y yo y mi familia fuimos acusados de su desaparición, y fue así como empezó todo en contra de mi persona de mi familia.

Pero nada de esta acusación es verdad. Ni yo, ni mi familia no tenemos, ni tuvimos nada que ver con la desaparición de esta chica. Que hoy por hoy, no aparece ni viva ni muerta. Nosotros enfrentamos un juicio que duró 10 meses y ahí quedó claro nuestra inocencia en este caso puntualmente.

Pero luego de ser absueltos y libres de culpa y cargos, pasó algo que cambió todo. La política entró por la puerta de la justicia y la justicia salió por la ventana, como suele pasar en estos tiempos que estamos viviendo los culpables de que esto sucediera.

En este caso fue la ex presidente Cristina Fernandez de Kirchner y el ex gobernador de Tucumán Alperovich, como así también el presidente del Tribunal STJ doctor Estofan.

Estas tres autoridades adelantaron luego de la absolución la condena que ellos mismos dictaron sin haber respetado el derecho a defensa, como a todo ciudadano sometido a proceso. Hoy pido que se llame a declarar a Christian Sanz, periodista de investigación que publicó en su libro Trimarco S.A., pruebas irrefutables para que se sepa la verdad real del paradero de María de los Ángeles Verón, ya que la justicia tucumana no quiere hacerle lugar a tomar declaración del mismo.

La fiscal a cargo de buscar la verdad sobre el paradero de Marita Verón, doctora Reynoso Cuello no hizo lugar a mi pedido para que se aporten pruebas para esclarecer este terrible problema que tengo su familia y mi familia padecemos hace 16 años.

Por esta razón pido a cualquier autoridad judicial competente en el país, se me escuche y se los escuche a los demás que tienen pruebas para que esto se termine.

Desde ya espero se difunda este mensaje que quiero que salga a la luz.