Cristina Kirchner está complicada: Claudio Bonadio decidió meterla presa preventivamente este lunes, justo después de trabarle un embargo por 4 mil millones de pesos.
Ello disparó el eterno debate respecto de los fueros parlamentarios que protegerían a la expresidenta.
Por caso, el jefe del bloque peronista del Senado, Miguel Pichetto, insistió en mencionar que, para proceder con "el desafuero" de un integrante de la Cámara alta "debe realizarse" un "juicio oral con sentencia firme".
¿Dónde dice semejante disparate? ¿De dónde sacó Pichetto tal barbaridad?
La realidad indica que no hay nada escrito al respecto, por lo cual todo queda a libre interpretación. Y, si esto es así, debe apelarse al sentido común. Ni más ni menos.
¿Y qué dice el sentido común? Lo lógico: que una persona que está siendo investigada debe ser desproveída de toda protección posible. De lo contrario, la justicia no puede avanzar con independencia.
¿Cuál es el sentido de quitar fueros a una persona que ya ha sido condenada y con sentencia firme? ¿Qué utilidad posee para aquellos que pretenden investigar con profundidad?
Un botón de ejemplo: Bonadio ha pedido el oportuno desafuero de Cristina para poder, entre otras cosas, allanar su domicilio. Si se debiera esperar hasta la sentencia firme, ese procedimiento llegaría tarde... y mal.
Se insiste: no tiene ningún sentido lo que dice Pichetto, ninguno. Es absolutamente absurdo. Sin embargo, desde el peronismo persisten con esa hipótesis.
Es que, están tan preocupados por su propia suerte, que se han aferrado a aquella frase, ya trillada: "No los une el amor, sino el espanto".