El bajo nivel de las exportaciones argentinas en relación con el tamaño de su economía es una de las razones principales de la inestabilidad cambiaria crónica del país, sujeto periódicamente a bruscas oscilaciones de la paridad entre el dólar y las sucesivas monedas locales, sostuvo el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).
Al respecto, la entidad dirigida por Jorge Colina indicó que la Argentina exporta a razón de U$S 1.384 dólares por habitante, un desempeño notoriamente inferior al de países vecinos como Uruguay, que vende al exterior por U$S 2.134 per cápita, o Chile, con U$S 4.025 por habitante.
“Esto implica que, en términos relativos, en Chile y Uruguay hay más abundancia de dólares que en Argentina”, sostuvo IDESA en su último informe, en el que además indicó que “esto les permite importar mucho más que Argentina sin que esto les provoque inestabiidad cambiaria”, ya que “Chile importa por el equivalente a U$S 3.000 por habitante y Uruguay a U$S 2.500 por habitante”, frente a los U$S 1.500 per capita de nuestro país.
Para IDESA “el problema de fondo de la Argentina es que genera muchas menos divisas que las que necesita para satisfacer sus expectativas de vida”, es decir que “para hacer crecer la actividad económica y el empleo formal se necesitan crecientes importaciones porque el sector productivo consume muchos bienes intermedios y de capital que se producen en el exterior”.
“Los argentinos ansían consumir productos extranjeros y viajar al exterior tanto como los chilenos y uruguayos. Pero pretender reactivar la producción, consumir productos extranjeros y viajar al exterior exportando tan poco fatalmente deriva en inestabilidad cambiaria y, asociada a ella, alta inflación y recesión”, advirtió la consultora.
Por el contrario, “cuando se observa la situación económica en los países vecinos, como Chile y Uruguay, el panorama es muy distinto”, puntualizó IDESA, que considera que esa diferencia obedece, en gran medida, a la diferente proporción del comercio exterior en cada país, con incidencia en el resto de la economía.
En ese sentido, señaló que “la inflación en Chile es de 2,5% y en Uruguay del 8,4% anual. El dólar en ambos países subió apenas 8% en todo el año 2018. Las tasas de interés son tan bajas como la inflación, por eso el crédito para la producción y el consumo funcionan con normalidad. De aquí que Chile creció 3% y Uruguay 1,5% en el 2018, además de que vienen creciendo moderada pero sostenidamente desde hace varios años lo que hizo que ambos países superaran a la Argentina en Producto Bruto Interno (PBI) per cápita”.
En su análisis, IDESA apuntó que “la Argentina se encuentra en una muy difícil encrucijada”, porque “la tasa de interés es muy elevada para recomponer el crédito y, con ello, propulsar la salida de la recesión”.
“Pero apenas se intenta bajarla, el dólar tiende a subir. En una economía bi-monetaria, donde la gente transa en pesos pero ahorra en dólares, esta inestabilidad cambiaria genera incertidumbre que no ayuda ni a contener la inflación ni a salir de la recesión. En tanto, el mercado continúa trasladando a precios la fuerte devaluación del 2018 por lo que la inflación en los dos primeros meses del año fue superior a la esperada”, finalizó (con información de Agencia NP).
Argentina tuvo su era dorada en donde esos indicadores estarían al reves. Sólo llegó el populismo y todo se fue por el drenaje.