“El nivel de consenso que tiene la gestión del Presidente en la opinión pública es muy bajo y no llega al 10 por ciento (…) Pero, paralelamente, la mayoría de la población prefiere que el Presidente termine su mandato y esta es la actitud que hoy predomina en la dirigencia argentina, ya sea política, empresaria o incluso sindical, más allá de algunas figuras específicas que bregan por una elección anticipada, como el sindicalista Hugo Moyano. Pero la pregunta es si el Presidente podrá terminar su mandato, ya que hoy uno de cada dos argentinos piensa que no podrá hacerlo”.
El análisis parece de estos días, pero no: corresponde a 2001. Lo escribió el analista Rosendo Fraga en diario La Nación el 10 de diciembre de ese año.
No debería sorprender, ya que Moyano fue parte del “golpe” que sufrió De la Rúa, el cual quedó “maquillado” por su pésima gestión al frente del Poder Ejecutivo.
El pasado 14 de agosto, el mandamás del Sindicato de Camioneros repitió la historia al referir que Macri "se quiere ir" lo antes posible. En el mismo sentido, sostuvo: "Si pasa algo, que sean ellos los que digan 'miren, nosotros no podemos seguir así y nos vamos antes'".
Como puede verse, Moyano no puede escapar de su propia naturaleza golpista. Pero no es el único: puntuales referentes del peronismo hicieron lo mismo en 2001 y nada hacer pensar que hoy no estén pensando igual.
Para entenderlo, hay que volver a viajar al 2001, esta vez al 8 de diciembre, cuando ocurrió lo siguiente, muy bien explicado en esta otra crónica, aún más descarnada, casi calcada a lo que dice el PJ en estas horas respecto del gobierno de Macri: “Pese a que sus principales dirigentes analizaron en las últimas horas algunos caminos frente a una virtual renuncia del presidente (hipótesis que se mantiene como posible), los dirigentes justicialistas, en su mayoría, están dispuestos hoy a sostener la continuidad de su mandato”. Como se sabe, el apoyo duró unos pocos días, ya que dos semanas más tarde todo explotaba por los aires, peronismo mediante.
Es un clásico lo de “ayudar a sostener la continuidad del mandato”: es lo mismo que dicen hoy los Albertos Fernández y compañía del PJ.
Pero el final ya es harto conocido. Porque, como dijo Karl Marx —y pido disculpas por no cansarme de citarlo—, “la historia se repite dos veces, la primera en forma de tragedia y la segunda como farsa”.