“Así son las cosas, amargas borrosas. Son fotos veladas de un tiempo mejor”. El mareo.
Juraron que volvían “mejores”. Que terminarían con la grieta. Que se venían los mejores días del republicanismo en la Argentina.
Pero no. No volvieron “mejores”, sino peores. Porque uno recuerda aquellas entrevistas que le hicieron a Alberto Fernández en las cuales se calentó con puntuales colegas, y la pretensión se derrumba cual castillo de naipes.
No fue un caso, ni dos, sino media docena de ellos. Mercedes Ninci, Jonatan Viale, Rodrigo Jorge y Héctor Emanuele, son solo algunos de los colegas que debieron sufrir el feroz destrato del presidente electo. Y eso que recién asume.
¿Qué habrá que esperar en los próximos años entonces, cuando se destapen eventuales escándalos de corrupción? ¿No se podrá decir nada de nada?
Es decir… si Alberto “se saca” con preguntas triviales, ¿qué ocurrirá cuando lo interroguen sobre algo “heavy”?
Los días que vienen no parecen muy promisorios para los hombres y mujeres de prensa. Porque estos tipos no han cambiado en absoluto, y así lo están demostrando.
Por caso, este miércoles se viralizó una lista de “trolls y mierdas macristas” donde aparecen conocidos periodistas independientes, escrachados como en aquellos días del kirchnerismo duro. Como era de esperar, quien escribe estas líneas aparece allí.
Lo que se vive en estas horas es una suerte de remake de lo ya vivido en los primeros tiempos del kirchnerismo. Porque así era entonces, y nada indica que eso vaya a cambiar ahora.
Uno ya vivió las injurias que le prodigó 678, Duro de Domar, Página/12, Revista 23 y tantos otros medios del universo K. Fueron días muy duros, en los que familiares y amigos se preocupaban por uno. Porque no se sabía cuál era el límite de los personeros del kirchnerato. “¿Y si un día un fanático va y te mata?”, me preguntó mi pequeño hijo Nicolás en 2005. No supe qué decirle.
Porque ya habían existido certeros connotadores, que mostraban la intención de los K de hacer daño al periodismo independiente. Amenazas, aprietes, llamados del mismísimo Alberto Fernández, son solo algunas de las cuestiones que uno debió tolerar entonces. ¿Es lo que volverá ahora?
Podría parecer menor la aparición del listado de “trolls y mierdas macristas”, pero no lo es. Porque es lo mismo que pasó luego de 2003. Todo empezó tímidamente, con hechos aislados y periféricos. Y luego todo “se fue de madre”.
Uno ya se ha cansado de reiterar la frase de Karl Marx, porque es tan cruda como real: “La historia se repite dos veces”… y bla, bla bla.
Y empezó el escrache K, como predije que ocurriría. Viralizaron un listado de "trolls y mierdas macristas" en el cual, obviamente, aparezco. En 2012 me tocó aparecer en 678, ahora no tienen tanto presupuesto pic.twitter.com/yMPse8s4Sw
— Christian Sanz (@CeSanz1) October 30, 2019