"No es una ley de emergencia, es un punto de arranque". Tal fue la frase que soltó Alberto Fernández ante empresarios de la AEA a efectos de sintetizar los lineamientos de la emergencia que en esos días envió al Congreso Nacional y que terminó siendo sancionada hace apenas unas horas.
En sí, la norma gravita entre puntuales tópicos como: suba de impuestos, bonos para los jubilados, un impuesto del 30% para la compra de divisas y el congelamiento de las tarifas de servicios públicos por seis meses.
La denominación de la movida no carece de pretensión: "Ley de Solidaridad social y reactivación productiva". Más rimbombante, imposible.
Y hablando de pretensiones... el ministro de Economía Martín Guzmán aseguró que el paquete de medidas "es un paso para resolver la crisis económica y social que generó un crecimiento de la pobreza y la indigencia, con el objetivo de proteger a los sectores más vulnerables y el restablecimiento de las condiciones macroeconómicas con equilibrio fiscal".
¿Es así? ¿Es como dice el funcionario? Según el economista Miguel Boggiano, consultado por Tribuna de Periodistas, apenas es "una movida recontra ortodoxa, que lo que busca es nivelar las cuentas fiscales".
El titular de Carta Financiera añadió: "Me parece que Alberto rápidamente entendió cuál es el problema inminente. Nada del plan habla de crecimiento o propone crecimiento porque antes que crecimiento tenemos que evitar el default en febrero. Creo que si Argentina no tiene una buena respuesta para el 28 de febrero, Argentina puede entrar en default. Y esto no garantiza que se evite, pero aumenta las chances de que se evite".
Boggiano agregó al respecto: "Es una muestra de buena voluntad que solo puede hacer el peronismo, que se alinea y tiene la mayoría. Están haciendo un achique al gasto más grande del Estado que son los jubilados. Más o menos esto les puede hacer ahorrar unos 5 mil millones de dólares. Ese es el orden de magnitud. El año que viene que les tocaba un aumento muy grande a los jubilados, porque la inflación fue muy alta, se lo frenaron. El resto de las cosas son para maquillaje, como lo del 30% al dólar ahorro... no van a recaudar nada con eso. Es una medida impopular, que les permite hacer toda una parafernalia para disfrazar lo que hacen con los jubilados".
Finalmente, el economista puntualizó: "Insisto, esto va con el objetivo, no de crecer, sino de que la economía no colapse en febrero o marzo. Porque, si la Argentina entra en default, la economía colapsa directamente. El dólar se te va al número que se te ocurra. Poné un número y puede ser. Y te metés en problemas más graves, de los que después es muy difícil salir".
Por su parte, José Luis Espert dijo a este portal: "Me parece un horror. Acá hay una cuestión de fondo: ¿Por qué siempre hay espacio para subir impuestos y nunca se discute que la política haga el ajuste que tenga que hacer para no subir impuestos a los privados? ¿Por qué el privado puede bajar cualquier gasto al punto de comer una rebanada de viento con tal de pagar cualquier suba de impuesto y el político jamás ajusta ningún gasto?".
Y culminó: "Es un tema de fondo, no me voy a detener, al menos por ahora, en el tema de las medidas. Otra vez otro gobierno que nos revienta a impuestos a los que trabajamos en el sector privado".
Roberto Cachanosky fue más gráfico que Boggiano: afirmó que el flamante impuesto, si está pensado para distribuir la riqueza, "es como confiscar de a poco las partes de un auto y venderlas para redistribuir entre los pobres. Al final desaparece el auto y los pobres siguen existiendo".
Para el especialista, Alberto Fernández "está haciendo la gran Duhalde: quitan la indexación de las jubilaciones y las licuan, junto con los sueldos de los empleados del Estado, con la inflación, al tiempo que aumentan las retenciones".
A su vez, Cachanosky criticó que Guzmán "no dio un solo dato de cuál es el costo fiscal de los bonos a jubilados, tarjetas alimentarias, etc. No dio ni el parcial ni total. Pero tampoco dijo cuánto estima recaudar por los mayores impuestos. ¿Por qué hay que creerle que el plan es consistente?".
Finalmente, TDP consultó al mendocino Sebastián Laza, quien puntualizó: "Lo que veo que está intentando Alberto Fernández es reactivar el consumo de las clases populares, los consumos que más se atrasaron con la estampida inflacionaria que básicamente le quitó poder al gobierno de Macri. ¿Cómo lo pensó? Dado que hay restricciones fiscales para aumentar el gasto público, dijo 'vamos a subsidiar consumo de las clases populares aumentando los tributos a los más pudientes'. Es como decirles a los que más tienen: 'Ustedes que tienen más y que no lo consumen, porque lo ahorran o lo sacan del país, se lo vamos a sacar para dárselo a los que sí van a consumir', porque las clases populares no ahorran sino que consumen todo. Es un modelo clásico peronista de acumulación tradicional. Reactivar el consumo para que este traccione la economía".
En tal sentido, el economista aseveró: "No son modelos muy prolijos, de manual, de lo que dice la academia, pero es el modelo en el que ellos creen. Lo que les tiene que funcionar es la renegociación de la deuda, tanto lo que hay que pagar en 2020 y 2021. Es impagable, tanto lo que hay que pagar al FMI como lo que hay que pagar a los privados. Creo que hay buena voluntad del Fondo y de los mercados, no debería haber demasiado problema".