Finalmente, como anticipó Tribuna de Periodistas el pasado 11 de febrero, comenzó la purga en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) respecto de unos 400 espías nombrados por el macrismo.
Por ahora, según pudo saber este portal, comenzó con las personas de Recursos Humanos que ingresaron merced a la exesposa de Gustavo Arribas, Silvia Girón, a las cuales las “invitaron gentilmente” a renunciar.
Entre estas, se encontraba la mismísima hija del otrora titular de la AFI —Arribas— y otras personas allegadas a su mujer, todos tachados de autopercibirse del espacio Cambiemos.
En principio, eyectaron a personas del sector de Contrainteligencia. Muchos de ellos prestaban servicio en el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (ex Citefa), curiosamente denominado “nuevo Cromañon”.
Con la excusa de que no superaron el examen que les tomaron, echaron ha varios agentes que eran de planta permanente, sin motivo alguno.
A esta altura debe mencionarse que “Cromañon” fue una ocurrencia del ex “número dos” de la AFI, Francisco “Paco” Larcher y del otrora director general de Reunión Interior Fernando Pocino en el año 2005: allí eran recluidos los que hacían juicio y estaban en actividad.
La máquina de detectar mentiras
En estas horas, ha comenzado a tomar gravitación un escándalo por la desaparición del polígrafo que oportunamente había adquirido Gustavo Arribas.
A su vez, los nuevos integrantes designados para el área de Ciberinteligencia por la interventora Cristina Camaño, se encontraban detrás del “Pegasus”, un software israelí que sirve para pinchar cualquier teléfono móvil.
Según publicó en 2018 Horacio Verbitsky, fue adquirido por Patricia Bullrich, pero eso es falso: “El personal de Ciberinteligencia demostró acabadamente, con expedientes archivados, que dicho producto no fue comprado en la era Macri de la AFI. No conforme con esto, auditaron órdenes de compras en Finanzas, quienes también demostraron que esto era otra vil mentira del ex dirigente de la inteligencia Montonera”, reveló una fuente de la propia central de Inteligencia vernácula.
El examen-excusa
Como reveló este mismo portal, a los agentes de la AFI les tomaron el pasado miércoles 12 un examen a pedido de la interventora Camaño, como excusa para echar a los que estaban sospechados de tener afinidad con Cambiemos.
De hecho, la prueba fue tomada solo a los que ingresaron durante el gobierno de Macri, sin conocimiento previo de lo que les iban a tomar.
Para la preparación de los exámenes no tuvieron en cuenta a personal estable de la Escuela Nacional de Inteligencia (ENI): lo elaboraron militantes de La Cámpora ingresados a esa dependencia por Camaño.
El caso promete convertirse en un verdadero escándalo. No solo por las preguntas realizadas —ver más adelante—, sino por el hecho de que aglutinaron a todos por igual: personal superior (profesionales universitarios), auxiliares (personas con secundario completo o terciario no universitario), y ordenanzas (secundario incompleto o primaria solamente).
Ello provocó que los profesionales entregaran la hoja en blanco firmando en disconformidad, sobre todo abogados que incluso recomendaban a los demás que procedieron de la misma manera. “Los ordenanzas veían el examen con esas preguntas y se cagaban de risa entre ellos; duraron 5 minutos y se fueron”, reveló uno de los concurrentes a TDP.
Como sea, este portalpudo saber cuáles fueron las preguntas para el examen de marras, algunas de las cuales están teñidas con un claro sesgo ideológico K:
-Fechas de las dictaduras uruguaya y paraguaya.
-Traducir textos en inglés, portugués e italiano.
-Textos de Bolivia y de Uruguay.
-Operaciones matemáticas.
-Artículos de la ley de Inteligencia.
-En qué año se inauguró la ex-ESMA como museo.
-Qué presidente creó el Ministerio de Seguridad.
-Quién escribió la “carta abierta” a la Junta Militar.
Elocuencia aparte.
Concluyendo
Mientras ocurre lo aquí mencionado —que, como se dijo, promete convertirse en un escándalo— se está volviendo a conformar la “vieja” AFI, con las ramas históricas: Fernando Pocino manejando desde afuera y haciendo ingresar al organismo a gente que tuvo relaciones con la Venezuela de Hugo Chávez y la Bolivia de Evo Morales.
De hecho, se está rearmando la añeja “contrainteligencia” que supo pergeñar Antonio Stiuso pero para servicio y fuerza de choque de La Cámpora, de la mano de Esteban Orestes Carrella, uno de los hombres de mayor poder dentro de la AFI y que responde directamente a Cristina Kirchner.
Para quienes no lo recuerdan, se trata de un exgerente de la agencia de noticias Télam que fue desplazado de su puesto en enero de 2015 por haber difundido información del vuelo de avión que tomó Damián Pachter, el periodista que informó en las redes sociales que algo había pasado en casa de Alberto Nisman el 18 de enero de ese año, horas antes de que se diera el hallazgo de su muerte.
Teniendo en cuenta que Carella está a cargo hoy de “operaciones” de alta gravitación del kirchnerismo dentro de la AFI, nada bueno puede anticiparse.
Tal vez ello explique por qué, en el mayor de los secretos, se ha decidido disolver el área de Asuntos Internos de la exSIDE. Sintomático.