Empezó como una investigación sobre una colaboradora de Rosario Lufrano en la TV Pública y terminó escalando a niveles insospechados. Refiere a la figura de Mariela Pía Santarelli Goñi, quien, a pesar de ser una mera secretaria, hace y deshace a su antojo en lo que supo ser Canal 7 de Buenos Aires.
Tribuna de Periodistas reveló sus desmanejos el pasado 20 de mayo, entre los cuales se destacan los destratos a los trabajadores de esa emisora.
En una nota posterior se reveló que había reportado a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y que, por su cargo en la TV Pública, tenía un salario de más de 200 mil pesos.
Ello desnudó el manejo discrecional que lleva a cabo Lufrano en el canal del Estado, con directores que ostentan sueldos astronómicos.
Tal es así, que diputados de la oposición decidieron reclaman información puntual y detallada sobre los aumentos superiores al 50% que Lufrano refrendó a favor de 49 directivos.
En su argumentación, los legisladores puntualizaron que “resulta llamativa la contradicción e incoherencia de este incremento salarial con la situación que el país atraviesa”.
En ese contexto, este portal logró entrevistar a un altísimo funcionario que trabaja “codo a codo” con Lufrano en Radio y Televisión Argentina. Allí hizo revelaciones de diverso tenor y meridiana gravedad:
-Se habla de los salarios de los directores, pero nosotros hemos encontrado que hasta las secretarias tienen sueldazos...
-Es cierto, varias secretarias privadas cobran elevados sueldos por encima de los cargos gerenciales de las radios, por ejemplo. Y hay que llamar la atención sobre los contratos de gente como Paratore (Natalia, de La Cámpora), la ex locutora del kirchnerismo que hoy tiene programa propio. Pero eso no es lo peor, lo peor son los aprietes.
-¿Qué aprietes?
-La censura y los aprietes, que no son casos aislados en los medios públicos. Fijate lo que pasó con lo que expuso diario Clarín respecto de la censura ideológica a un actor no kirchnerista (N. de la R: el actor Iván Moschner denunció que lo sacaron de los “avances” de un programa de la TV pública porque no es kirchnerista).
-¿Desde cuándo se da esa situación?
-Los condicionamientos y la persecución ideológica llegaron desde que asumió Rosario Lufrano y ahora son moneda corriente. Hay incluso condicionamientos editoriales, sobre todo en el área de los noticieros, son moneda corriente.
-Conocemos el caso puntual de David Cufré, periodista económico que sufrió aprietes de las autoridades del canal para no trabajar en otros medios...
-Es así, tal cual. Los productores de noticias reciben bajadas de línea cotidianas de parte del gerente Federico Maya, a quien ya vos deschavaste en una nota hace poco. Es un ex C5N sumamente cuestionado por sus ex compañeros de trabajo que consideran que fue un operador en el vaciamiento que intentaron algunos empresarios para quedarse con los medios del grupo Indalo. ¡Ustedes lo publicaron en su momento! (N. de la R: el informante habla de esta nota).
-Cambiando de tema, ¿no hacen nada los sindicatos de prensa y medios?
-Los sindicatos que tienen una enorme influencia en el canal ya han manifestado abiertamente el enojo que produce la discrecionalidad con la que se toman decisiones en el directorio de la empresa. De hecho, el reciente aumento del 50 % del salario a los directores de 49 radios del país en tiempos de salarios congelados no ha caído bien entre los dirigentes gremiales.
-Tenemos entendido que esos aumentos no fueron acordados con los gremios...
-Sí, de hecho en los pasillos de Radio Nacional el enojo por las decisiones de aumentos salariales no acordadas con los gremios genera un clima tenso y se cuestiona abiertamente la política patronal de manejar la empresa como una “estancia” donde parece que hay patrones y patronas que solo benefician a una parte del personal, dejando de lado al conjunto de los trabajadores.
-A nosotros nos han dicho que la “secretaria” de Lufrano cobra un salario superior a los directores de las radios y que hay un festival de nombramientos que no son consultados con los sindicatos...
-Es así. Y los trabajadores se preguntan si el secretario de medios Francisco Meritello no debería intervenir para poner un poco de orden en una gestión que en pocos meses ha generado varios escándalos.