Y de pronto, como quien no quiere la cosa, la muerte de Fabián Gutiérrez vino a desacomodar todo el tablero político argento. Quien aparece más complicado en este nuevo ajedrez vernáculo es el mismísimo gobierno.
Básicamente, porque todas las sospechas respecto del crimen del otrora secretario recaen sobre la figura de Cristina Kirchner.
Es bien cierto que no hay elementos aún para asegurar que la hoy vicepresidenta tenga alguna implicancia en el hecho, pero tampoco habría que descartarlo por completo.
Entretanto, la oposición ha tomado la muerte de Gutiérrez como bandera política, más por venganza que por convencimiento. “Ellos nos hostigaron con la causa judicial trucha del espionaje ilegal y nosotros ahora vamos a pegarles con lo que más les duele”, dijo a Tribuna de Periodistas un referente mendocino de Juntos por el Cambio.
Sus palabras se sumaron a las de un conocido legislador radical cordobés que anticipó a este mismo medio cómo serán las próximas movidas en torno al caso Gutiérrez: “En las próximas horas, se dará a conocer un comunicado planteando la gravedad institucional de lo sucedido y pidiendo que se investigue de manera independiente la muerte, si es posible fuera de la provincia de Santa Cruz donde la Justicia no es confiable. Luego, se hará una presentación judicial, durante la semana. También habrá maratón de varios legisladores en los medios. Hay que mantener vivo el tema lo más que se pueda”.
La idea, según pudo saber TDP, es ir dándole volumen mediático al tema Gutiérrez para, en sentido inversamente proporcional, lograr mermar las “revelaciones” sobre el presunto espionaje M.
Dicho sea de paso, el macrismo festeja aún el apartamiento del juez Federico Villena de la principal investigación judicial que lo complica. Digresión aparte: se viene denuncia en el Consejo de la Magistratura contra él.
El nuevo magistrado a cargo, el titular del Juzgado Federal número 2 de Lomas de Zamora, Juan Pablo Auge, ya le ha regalado a la oposición su primera “victoria”: en las últimas horas, avanzó en una serie de excarcelaciones y prisiones domiciliarias que beneficiaron a los detenidos acusados. El único que quedó detenido fue el exjefe de Operaciones Especiales de la AFI, Alan Ruiz, a quien el macrismo le ha puesto el misterioso mote de “topo K”.
No obstante lo dicho, la oposición no debería confiar demasiado en Auge, ya que se trata de un magistrado que repudia la política, de un lado y del otro de la grieta. ¿O acaso ya nadie recuerda que el mismo juez tiene a su cargo la investigación por espionaje al instituto Patria, ocurrido en 2018?
La venganza de CFK
Si bien el expediente del supuesto espionaje M tiene elementos de prueba contundentes —es decir, se ha comprobado que hubo “intrusión” de agentes de la AFI a ciertas personas— aún se está muy lejos de poder vincular a Macri de ese hecho, como sueña Cristina.
Porque, hay que decirlo, el impulso de esa investigación ha sido un capricho personal de la expresidenta, molesta con el otrora jefe de Estado por haberla “perseguido” durante sus cuatro años de mandato. No solo a ella, sino —principalmente— a sus hijos.
Por eso, Cristina irá dosificando sus embestidas contra Macri. Habrá, según pudo saber este medio, al menos dos nuevas denuncias por mes contra el macrismo.
Por caso, la próxima presentación judicial que harán los K será por gastos sin control y contrataciones directas dentro de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Allí mismo, dicho sea de paso, pisa fuerte en estas horas La Cámpora, cuyos capitostes, principalmente el más misterioso de ellos —que responde directamente a Cristina— Orestes Carella, ha decidido eyectar a agentes que habían sido incorporados entre 2011 y 2015, en el anterior mandato kirchnerista. “Ya no hay lugar para tibios, solo agentes radicalizados”, dicen en la central de espías de cabotaje. La duda a esta altura es: ¿Para qué quieren agentes militantes? ¿Qué están pergeñando?
Hablando de internas, en el propio gabinete hay una pelea intestina entre “halcones” y “palomas”, desatada por el mismísimo kirchnerismo.
Los cristinistas de “pura cepa” acusan a los albertistas de “tibios” a la hora de insuflar los detalles del espionaje macrista. De hecho, el propio Alberto casi no ha hablado del tema.
Amén de que no comulga con la idea de atacar a la oposición por esos “conductos”, el presidente está demasiado atareado con el problema del coronavirus, cuya preocupación deriva en otro incordio: la deteriorada economía. ¿Qué tanto está complicada por el Covid y cuánto hay de dosis de política errática del gobierno? Quien tenga la respuesta, ganará en Nobel.
En ese marco, apareció el siempre suspicaz Eduardo Duhalde, quien le aconsejó al presidente, en una reunión secreta en Olivos, que “rompa” con Cristina.
“Alberto te la tenes que sacar de encima”, le dijo el otrora mandatario interino, al tiempo que le aconsejó a Fernández que cambie el gabinete, contra el que disparó con rudeza: “Son unos inútiles. No te ayudan, no te sirven“.
Ciertamente, la relación de Duhalde con Cristina nunca fue buena. De hecho, en 2011 la acusó de haber calificado a Juan Domingo Perón como un "viejo de mierda", justo antes del traslado de los restos del caudillo justicialista a la quinta de San Vicente, en 2006.
Según publicó TDP en su momento, Duhalde contó que Cristina le dijo, "para ese viejo de mierda yo no pongo un peso", cuando fue a visitarla a su despacho del Congreso nacional aquel año, junto al también dirigente peronista Carlos Ruckauf, para solicitarle una colaboración a fin de solventar los gastos del proceso de traslado del cuerpo de Perón al sur del Gran Buenos Aires.
"Eso fue lo que nos dijo. Ese es el concepto que ellos tienen de Perón", subrayó Duhalde.
En realidad, el encono con la vicepresidenta viene de mucho antes, de cuando Néstor Kirchner decidió quebrar el “acuerdo” que habían refrendado y que lo llevó a la presidencia de la Nación con su “venia”. Duhalde está convencido de que fue Cristina la que convenció a su marido de “romper lanzas” con él.
Finalmente, habrá que prestar atención a las advertencias del siempre impredecible Juan Grabois, quien advirtió por "toma de tierras" y "aumento de criminalidad" tras la pandemia.
¿Fue una advertencia “en solitario” o un mensaje del ultra kirchnerismo a Alberto? Imposible saberlo.
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