En estas horas, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) vive los mismos tironeos e internas que pueden verse en el seno del gobierno nacional, donde “halcones” y “palomas” se destrozan públicamente. Por ahora, solo de manera discursiva.
Con un agregado: en la exSIDE no hay dos grupos o intereses en pugna, sino tres. Ninguno inmaculado, ciertamente.
Por un lado aparece la interventora de la exSIDE, Cristina Caamaño, que responde al “albertismo”; por el otro, se deja ver Esteban Orestes Carella, quien está a las órdenes de Cristina Kirchner y el camporismo, como reveló oportunamente Tribuna de Periodistas; en tercer lugar aparece Fernando Pocino, el otrora director de Reunión Interior, que parece jugar más para sí mismo que para alguien del gobierno.
Lo hace a través de un informático llamado Emiliano Deza, a quien el espía ya le ha anticipado que “se retirará del juego”.
Por lo que pudo saber este portal, Pocino está preocupado por las filtraciones que se dan en estas horas respecto de puntuales cuestiones internas de la AFI. Es una trama que se dejó ver en canal C5N —¿Dónde sino?— en los últimos días.
Allí, se mostraron capturas de conversaciones que nombran a personajes denominados “Deza”, “Chucky” y “Soledad”.
Chucky es el mismísimo Pocino, quien ha quedado expuesto junto a Diego Raitano y Luis Homero, dos de sus hombres de confianza.
Para el más despistado, Raitano es quien apareció involucrado en el secuestro de Enrique Alfonso Severo, el ex empleado ferroviario que fue secuestrado a punta de pistola durante 22 horas en octubre de 2012. Horas antes de declarar en el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra.
Otra de las nombradas, Soledad, es la que mujer que hacía puntuales “carpetas” de famosos y que quedó expuesta en el año 2015.
Fue cuando estalló aquel escándalo que reveló que la AFI espiaba a personajes de la farándula, políticos, jueces, periodistas y empresarios. Entre otros, aparecían intrusiones a Jorge Rial y Marcelo Tinelli.
Ello provocó la oportuna denuncia judicial de las entonces diputadas de PRO, Laura Alonso y Patricia Bullrich.
Tal el contexto para entender lo que ocurre en estas horas en la AFI, donde nadie sabe para dónde correr ni “qué pito tocar”.
Otro de los que no sabe para dónde disparar es Carella, el referido militante de La Cámpora que ya vivió un escándalo de proporciones como gerente de la agencia de noticias Télam en el año 2015.
Es un hombre que asegura responder a Cristina y que hoy en día está siendo bancado por otro exespía, Rodolfo Tailhade.
En realidad, a este último no le queda otra, ya que ha sido parte esencial en el armado de escandalosas causas judiciales.
Finalmente, Caamaño tampoco tiene muy claro su rol en la AFI. Si bien es la interventora oficial, aún no logra entender cómo es el manejo organizativo de la agencia.
A su vez, sobre el tópico espionaje sabe aún menos, tal cual queda expuesto cada vez que habla públicamente al respecto.
En conclusión, la exSIDE en estas horas es una maraña desorganizativa cuya puja es tripartita y promete traer cola. Quienes conocen el tema, solo hacen una recomendación: ir alquilando balcones.
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Pocino, es un sobreviviente de la guardia vieja de los servicios, nacido bajo el ala del Coti Nosiglia. Armador de operaciones burdas en favor de Nestor Kirchner y en contra de los opositores. Seguramente, tiene mucha "ropa sucia" que esconder y es esa la razón de su "resistencia", aunque hasta el mismo sabe que ya lo "retiraron". La "lucha" interna de las otras "dos lineas" descriptas por el autor de la nota es una muestra de los SERVICIOS DE INTELIGENCIA en Argentina (No extrañaría que hubiera "entrepneurs" con equipo y personal mas acotado como eficiente que COBRAN muy bien sus servicios al mejor postor) es decadente y grotesco.