Julio César Pose cobró celebridad repentina. De la nada. Solo porque una periodista de diario Clarín decidió reflotar su nombre a efectos de vincularlo con el mote de la “morsa”, aquel que suele acompañar a Aníbal Fernández desde los tiempos del triple crimen de General Rodríguez, donde fueron acribillados Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.
Pero Pose no es la “morsa”, ningún testigo jamás lo ha relacionado con ese apodo. De hecho, ni siquiera tiene bigotes, como los que sí ostenta el exjefe de Gabinete, por lo cual se lo empezó a denominar de tal manera.
“Estoy sorprendido, no sé de donde vienen los garrotazos. Se dice que es una operación llevada a cabo para limpiar al ‘hombre’”, me dice escueto. Porque Pose no habla con nadie, es un tipo escurridizo y bien cabizbajo.
No es algo nuevo, no, siempre fue igual, desde que lo conocí allá lejos y hace tiempo, en 2005. Porque era una gran fuente de información en todo lo referente a temas de drogas.
“No voy a hablar sobre Messi (Virginia, la autora de la nota de Clarín), ya sabemos quién es. Le mandé una carta documento (ver texto al pie)”, avanza.
Respecto de la acusación en su contra, en el marco de aquel viejo operativo en el cual trabajó codo a codo con la DEA norteamericana —dato que me confirmaron entonces fuentes de la embajada de EEUU—, Pose refiere: “El fiscal no sabe ni de qué acusarme, y para acusarme se metió en mi vida pasada. Sacó operaciones que hice con el gobierno de Alemania y con la Secretaria (la AFI), lo cual no puede hacer porque estaban en mi computadora. ¡Se metió incluso con agentes de la DEA!”.
Antes de que pueda volver a preguntarle, me acota: “¿Vos sabés que el fiscal liberó a todos los traficantes y me dejó a mí para el final?”.
Luego, volviendo a la nota de Clarín, Pose me explica que es falso lo que dice Messi en su nota, de señalarlo como el agente que le pagó 200.000 dólares a la esposa de Carlos Telleldín para que éste implicara a policías bonaerenses en el atentado a la AMIA.
“Yo estaba en otra área y mi misión fue otra; de hecho, está declarado en la causa AMIA, porque tuve que declarar como testigo. Mi misión fue darle el teléfono al exjuez Juan José Galeano, solo eso”.
Pose ya no dirá nada más porque, como se dijo, es un hombre de pocas palabras. Pero su abogado, Martín Bagala, me explicará que “la periodista Messi hace una editorial buscando reflotar que Aníbal Fernández no es la morsa, sin tener nada que ver esta causa con la que nos ocupa”.
Al mismo respecto, el letrado me cuenta: “Pose declaró en esa causa como testigo y nunca fue mencionado como la morsa”.
Y expone sus sospechas: “La verdad que no sé por qué aparece esto ahora, espero que no sea el chivo expiatorio para limpiar a Fernández”.
¿Qué más puede agregarse? ¿Acaso no es clarísimo lo aquí planteado? Alguna vez lo he dicho y hoy lo volveré a mencionar: no es ninguna trivialidad lo que ha ocurrido. Más bien, todo lo contrario.
El narcotráfico es un flagelo que ha destrozado tejidos sociales completos en países como Colombia y México, y pretende hacer lo mismo en la Argentina. No es algo para tomar a la ligera. La ciudadanía mira con preocupación lo que ocurre.
De hecho, mi primer tuit advirtiendo sobre la operación de Clarín provocó que la palabra “Morsa” fuera segunda tendencia en el país. Ello es reflejo de la inquietud de la sociedad. Aunque no lo parezca.
Porque, como digo siempre, el ciudadano de a pie mastica vidrio, sí... pero no lo traga.
He logrado hacer tendencia "La Morsa" en Argentina, en Twitter. Gracias por tanto pic.twitter.com/stGDHnqrzw
— Christian Sanz (@CeSanz1) September 14, 2020
Anexo: carta documento de Pose a Messi
Habiendo tomado conocimiento de v/crónica agraviante de importante difusión pública incorporada en su artículo intitulado “Flor de Acero”: un operativo armado con 44 kilos de cocaína, espías y un ex Titanes en el Ring del pasado 12 de septiembre de 2020 en el diario CLARIN, de su exclusiva autoría, en las cuales se imputa concretamente a mi persona de “…haber comprado cocaína en Salta luego de haber sido desafectado de la SIDE (Servicios de Inteligencia del Estado) por realizar trabajos oscuros, ligándome con total y absoluta desfachatez al denominado triple crimen de General Rodríguez, al apodo de “Morsa” y a los asesinatos crueles de los empresarios Forza, Ferrón y Bina”, lo que es falso e indignante, todo lo cual constituye dolo y culpa grave, al haber sido propalado irresponsablemente mientras se desarrolla la fase final del juicio respectivo que lleva 17 años por tal ilegítima imputación, a lo que se suma con su publicación de mi imagen durante el alegato fiscal la violación del secreto del proceso penal, advirtiéndose un desinterés temerario acerca de las consecuencias que la distorsionada información brindada podía ocasionar, todo lo cual pone en evidencia v/maledicencia con la peor intención sensacionalista, habiendo debido constatar, previamente, la veracidad de tales afirmaciones, y cuanto menos, la efectiva representación de la posibilidad del daño, atento la indiferencia respecto del resultado lesivo al honor que surge de tal publicación, demuestra notoria despreocupación por los contenidos publicados, causa graves daños y perjuicios morales y materiales a mi persona e imagen con proyección desprestigiante para el ejercicio de mi actividad, por todo lo cual responsabilízola. Ello así, y toda vez que tales afirmaciones no han sido atribuidas a fuente alguna identificable, sino genéricas, se ha revelado mi identidad atribuyéndoseme consecuencias disvaliosas como una suerte de “anticipo de condena penal”; y el discurso no ha sido conjetural sino asertivo teniendo la potencialidad de crear sospechas en el público respecto de mi participación en tales hechos delictivos, intímola para que dentro del plazo de 48 horas: i) proceda a rectificarse y retractarse de tales imputaciones, retirándolas de su pública difusión; ii) indemnice los daños y perjuicios causados a mi honor, imagen y reputación, todo ello bajo apercibimiento, en caso contrario, de accionar judicialmente contra Ud. y el Grupo CLARIN S.A., medio para el que Ud. trabaja.
Queda Ud. legalmente notificada y emplazada.