Ernesto Juan Bossi es el mismo demonio. Siempre y cuando se escuche la voz de Agustín Rossi, el ministro de Defensa de Alberto Fernández, quien lo acusó de querer conspirar contra el gobierno nacional. Solo por intentar avanzar en una “mesa de enlace” de fuerzas de seguridad vernáculas.
Curioso complot, revelado por los propios conspiradores. Porque, ¿quién daría a conocer a través de un comunicado de prensa que piensa en avanzar en una suerte de golpe institucional?
Uno lo piensa y lo piensa y no recuerda confabulación alguna que no haya sido subrepticia, oculta, secretísima. Solo Rossi, aquel al que se le perdió un misil en 2015, puede creer tamaña imbecilidad.
Pero... primero lo primero: la Mesa de Encuentro Libertador General San Martín se presentó oficialmente este martes como el primer núcleo de referencia conjunta de militares, policías, gendarmes, prefectos e integrantes de fuerzas de seguridad de todo el país.
Como proclama aparece el de “dar visibilidad y generar conciencia a través de la presencia en el debate público y político de la problemática de la Defensa Nacional y la Seguridad Pública, entendidas como elementos estratégicos para el desarrollo nacional”.
También busca “amalgamar a la ‘familia de los uniformados’ (Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales federales y provinciales), afines (reservistas, liceístas, veteranos de guerra) y a otros identificados con los valores de servicio a la comunidad y a la Patria” y “determinar intereses comunes y particulares de los uniformados, con prioridad en la gestión del talento y políticas de recursos humanos, en cada una de las instituciones que la integran (leyes, haberes, obra social, protección legal para actuar, etc.)”.
¿No suena totalmente lógico el pedido que hacen los uniformados? ¿Dónde aparece la conspiración que Rossi tanto proclama?
“Bossi es un personaje muy metido en la inteligencia. De hecho, cuando dejó el Ejército pasó a formar parte de la SIDE de (Fernando de) Santibañes. Integró e intentó desde la SIDE armar una especie de CIA, es uno de los grandes impulsores de involucrar a las Fuerzas Armadas en el combate contra el narcotráfico y la inseguridad interior”, apuntó el ministro de Defensa en su cuenta de Twitter.
Lo curioso es que, lo que describe Rossi, no es ningún delito. ¿O acaso es punible el hecho de haber formado parte de la SIDE, hoy AFI? ¿O lo será aquello de querer involucrar a las fuerzas armadas a la lucha contra el narcotráfico?
Lo que no dice el ministro de Defensa es que Bossi estuvo apenas un año y medio en la exSIDE, como eficaz jefe de la Central Nacional de Inteligencia (CNI).
Dicho sea de paso, Bossi estuvo bien lejos de querer involucrar a las FFAA en inteligencia interior: de hecho, colaboró con la redacción de la ley 25.520 de Inteligencia Nacional. Allí se separa la inteligencia criminal de la estrategia militar.
A esta altura debe mencionarse que la pretendida “mesa de enlace” ya fue desactivada. Más por presión que otra cosa.
Son los riesgos de forzar la cuestión ideológica en cualquier discusión. No solo se termina desinformando a la sociedad, sino que se demoniza a aquellos que pretenden mejorar la coyuntura.
La Mesa de Enlace de las Fuerzas Armadas, como su nombre lo indica, nació para conspirar. Se presenta casi como una conducción alternativa a los jefes de las ffaa, asumiendo potestades, funciones y objetivos que son propios de la conducción militar en actividad
— Agustín Rossi (@RossiAgustinOk) November 12, 2020