Alberto Fernández vivió una de las peores semanas de su corta vida política como presidente de la Nación. No solo no logra aplacar el escándalo del vacunatorio VIP, sino que además apareció en factor “Lázaro Báez”, para agregar más complicaciones a las complicaciones existentes.

Es que, la condena al presunto “testaferro K”, dejó en claro que sí existió la bendita “ruta del dinero K” que tanto se ocupó por negar el kirchnerismo desde que esta se destapó, allá por el año 2013.

De más está mencionar la presumible furia de Cristina Kirchner, quien había acordado con Alberto que le cedería la presidencia a cambio de que la “zafara” de sus causas judiciales.

Habrá que esperar para conocer los fundamentos de la condena a Báez, pero es presumible que el lavado de dinero detectado se corresponda con los fondos por obra pública que le “regaló” el kirchnerismo desde el año 2003 en adelante.

Si así fuera, Cristina estará en severos problemas. Porque hay tres expedientes que la tienen como acusada estrella y están íntimamente concatenadas con la ruta del dinero K.

Se trata de la causa Los Sauces-Hotesur, la investigación por la obra pública y los cuadernos de las coimas que destapó el colega Diego Cabot.

Por eso, se espera que este 1º de marzo, en la apertura de las sesiones legislativas, Alberto haga una dura reprimenda contra los jueces. Amén de su habitual ataque a los periodistas y medios de comunicación.

Algo anticipó durante la semana que pasó, en México, cuando se comparó con San Martín: “Los hombres del 1800 no tenían que luchar contra la prédica malintencionada de los diarios, la televisión y las redes”.

La furia del jefe de Estado era entendible: logró ser el único invitado y orador por los 200 años de la independencia mexicana y terminó entrampado en escándalos de corrupción locales. Que los periodistas de ese país no dejaron de recordarle con sus persistentes preguntas.

Arrancó la campaña del PJ, con todo

Mientras Alberto se encamina a ser el presidente del peronismo nacional y Máximo Kirchner el líder del PJ bonaerense, arrancó de lleno la campaña camino a las legislativas.

La bandera de largada se dio en Mendoza, provincia que visitó el viernes y sábado pasados Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas de la Nacion, firmando convenios de obras de infraestructura. En el marco del programa Argentina Hace.

Con una serie de gestos a los que hay que prestarles severa atención: el primer anuncio se dio en el Museo del Vino, Departamento de Maipú, donde comanda el peronista Matías Stevanato.

Es un personaje al que hay que prestarle atención por la gravitación que tendrá, luego del peso que ya ejerce la poderosa Anabel Fernández Sagasti. Acaso por su cercanía con Cristina.

El segundo gesto tuvo que ver con la propia Sagasti, quien se convirtió en la “ladera” permanente de Katopodis durante su estadía en Mendoza. Ello define claramente la gravitación que tiene la senadora camporista para el gobierno nacional. Aseguran, de hecho, que Cristina habla más con ella que con Alberto. Todo un dato.

El tercer gesto lo aportaron los radicales, que se “bajaron” del acto al que habían sido invitados el viernes al mediodía. Lo hicieron los caciques más emblemáticos de la UCR: Tadeo García Zalazar, de Godoy Cruz; Ulpiano Suarez, de Capital; Walther Marcolini, de General Alvear; Miguel Ronco, de Rivadavia; Raúl Rufeil, de San Martín; Gustavo Soto, de Tupungato; y Juan Manuel Ojeda, de Malargüe.

Adujeron que no había especificaciones de obras, montos o plazos en los anuncios que haría Katopodis. Pero la realidad era otra: no querían quedar “pegados” a un acto en el cual todos los laureles se los llevaría el peronismo. Un pecado que jamás se permite en pleno año electoral.

Seguirán las novedades del “Vacunatorio VIP”

Mal que le pese a Alberto, seguirán apareciendo nuevas listas escandalosas en torno del vacunatorio VIP, con la consiguiente polémica y la “inoportuna” cobertura mediática.

Para tranquilidad del jefe de Estado, la oposición también quedará “pegada” en los coletazos de lo que viene. No en la magnitud de lo que ocurrió con el gobierno nacional, pero habrá pequeñas revelaciones en puntuales distritos argentinos. Mayormente radicales.

Son pocos los que zafan, porque la mayoría hizo lo indebido: repartió vacunas a clínicas y sanatorios privados y permitó que allí se vacunaran aquellos que no debían hacerlo. La militancia es más fuerte que el sentido común.

Mendoza es una de las provincias que sorprenderán en los días venideros. Porque se ha dado allí la metodología descripta. Una de las clínicas involucradas es la Santa Clara de Godoy Cruz.

Ello explica la resistencia del gobernador Rodolfo Suarez de dar a conocer el listado de vacunados. Con la consiguiente incomodidad discursiva que manifestó oportunamente ante el requerimiento periodístico.

Argumentó un absurdo: aseguró que primero consultaría con la Fiscalía de Estado, para evitar la posibilidad de vulnerar los derechos de los que se vacunaron. Como si las vacunas no las hubiera proveído el Estado y se tratara de una cuestión entre privados.

La oposición sospecha que algo esconde el gobernador y, por eso, insisten en pedirle que publique las listas de marras. “Es obvio que algo están tapando”, dijo a este cronista Lucas Ilardo, senador provincial del Frente de Todos.

Entretanto, hay una cuestión que nadie parece estar teniendo en cuenta: el martes pasado la Legislatura mendocina aprobó un pedido de informes para que la ministra de Salud diera a conocer la nómina de los vacunados en la provincia. Le dieron 72 horas. Que ya se cumplieron por demás.

Finalmente...

Hace unos días, una encuestadora midió a Máximo Kirchner en todo el país. Lo hizo la firma CB Consultores, que ya había hecho lo propio hace algunas semanas.

Respecto de aquella medición, el hijo de Cristina mostró alguna mejora. Aunque sigue teniendo una gran valoración negativa, sobre todo en la franja de las provincias del centro del país: Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Que se suman a la Ciudad de Buenos Aires. Allí, 8 de cada 10 porteños asegura detestarlo.

No obstante, la vicepresidenta insistirá en posicionarlo, porque quiere que sea el sucesor de Alberto en la presidencial de cara al 2023.

Hoy se ha dado un paso muy importante al respecto: el Consejo del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires convocó a elecciones de renovación de sus autoridades para el domingo 2 de mayo, con lo que activó el cronograma electoral que apunta a dejar la conducción del partido en ese distrito a cargo de Máximo, decisión que contó con el consenso de todos los sectores del peronismo bonaerense.

Falta mucho para 2023, pero la carrera se ha largado y promete frenéticas internas dentro del PJ. Sergio Massa jura que será el sucesor de Alberto. Y Alberto asegura que buscará la reelección.

Ya pueden hacer sus apuestas...

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