El 8 de octubre de 2000, Carlos “Chacho” Álvarez renunciaba a la vicepresidencia de la Nación con un discurso disruptivo. Que remite a muchos de los conceptos que este jueves pronunció Cristina Kirchner en su carta abierta a Alberto Fernández.
“Presento mi renuncia indeclinable al cargo de vicepresidente de la Nación. Lo hago en una etapa donde la mayoría de la gente sufre una situación difícil desde lo laboral y lo social, y la Argentina necesita confianza interna y externa para volver a crecer”, arrancó Alvarez, hace ahora casi 21 años.
Luego, interpeló al presidente Fernando de la Rúa, con palabras que parecen calcadas a las de Cristina: “Pedí gestos políticos contundentes, que den cuenta de lo que piensa, siente y demanda la mayoría de la gente”.
Lo que sigue directamente pone la piel de gallina: “Respeto las determinaciones del Presidente. Sin embargo no puedo acompañarlas pasivamente, o en silencio, porque son contradictorias con las decisiones que vengo reclamando en el Senado de la Nación. Sigo sosteniendo la convicción de que hacer gestos políticos fuertes, es lo que está esperando la sociedad para resolver la crisis política”.
¿Qué tan diferente es lo que le reclama Cristina a Alberto en estas horas? No vale responder sin ponerse una mano en el corazón.
No significa esto que la vicepresidenta esté pensando en renunciar. O tal vez sí, pero aún no se sabe con certeza. Pero sorprende la similitud entre su discurso y el de Chacho Alvarez.
Lo que siguió a aquellos días es harto conocido: en marzo de 2001, el entonces presidente De la Rúa anunció una remodelación del gabinete, luego de conocerse la renuncia del ministro de Economía, José Luis Machinea, que fue sustituido por Ricardo López Murphy.
Este último duró lo que un suspiro y llegó entonces el turno de Domingo Cavallo, quien cometió una catarata de desaciertos que hicieron explotar la economía por los aires.
Para diciembre, De la Rúa escapaba en helicóptero de la azotea de la Casa Rosada. El incendio había empezado unos días antes.
Hasta el día de hoy, parece que nadie lo ha logrado apagar.
Posiblemente, las PASO hayan marcado el comienzo del fin de la izquierda populista dañina y rencorosa, la que reivindica fórmulas económicas probadamente fracasadas, la que auspicia la endogamia cultural, la que se alía con dictaduras como la cubana o la nicaragüense o la venezolana, la que mira con simpatía a las guerrillas de izquierda, la que sube impuestos y provoca un descontrol en la inflación, la que ve con buenos ojos a la envidia y al resentimiento en lugar del mérito y del esfuerzo, la que esmerila cada día la democracia liberal constitucional. En su momento Chacho Alvarez fue un irresponsable; hoy lo es esta mujer nefasta.
¿Dónde esta MASSA, el aceitoso o el probador de listas?
ECHORRO no lo menciones a MASSA que por estas horas no debe saber a quien " TRAICIONAR ".El tipejo es la NADA MISMA.
El peronismo es el cáncer de la Argentina, no importa cuando leas esto.
Yo no solo pienso en los dos meses que nos vamos a fumar hasta las elecciones, y en los dos años que les quedan a estos impresentables, deleznables, imperdonables entes que nos gobiernan. Y que muchos boludos votaron!!!!!