Mientras avanza el culebrón por el Consejo de la Magistratura, donde unos y otros tratan de ganar un lugar, un escándalo de proporciones se avecina en el ese mismo terruño.
Refiere a la nueva consejera, Jimena De la Torre, de Juntos por el Cambio, quien denunció ante la Corte Suprema que le negaron un despacho.
Según pudo saber Tribuna de Periodistas, cuando le asignaron uno en el primer piso de Paraná 386 —donde queda la sede del Consejo— el director de Infraestructura, Ignacio Campi —a la sazón hermano de Mariano Recalde, senador y consejero— le cambió la cerradura no dejándola entrar.
A su vez, le asignó ese mismo lugar a la nueva consejera, la kirchnerista Fernanda Vázquez.
No es todo: la subdirectora de infraestructura, Verónica Cejas, le birló el despacho asignado a la jueza Agustina Díaz Cordero, le cambió la cerradura y se lo entregó a la nueva consejera oficialista Pamela Tolosa.
Por si fuera poco, los consejeros oficialistas le dieron la orden al director de Tecnología de que no les den a los nuevos consejeros “opositores” ni computadoras ni impresoras ni nada.
Como se dijo, un quilombo que jamás se vio en el Consejo de la Magistratura.
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