De repente, Malena Galmarini se ha convertido en una verdadera provocadora en redes sociales. La enriquecida mujer gasta su tiempo en discutir con adolescentes en Twitter día y noche. Como si su vida solo dependiera de ello.
Jóvenes que le preguntan situaciones incómodas respecto de su paso por AySA o por los hechos de corrupción que enchastran a su marido, el conspicuo Sergio Massa.
Careciente de la usual paciencia, la malograda Malena se rebaja a la altura de un niño y contesta con pueriles descalificativos. “Gordi, tranqui… NUNCA quise ser Primera Dama”, le espetó a un tuitero en las últimas horas, cual botón de muestra.
Por su parte, Massa pasa sus horas escribiendo un libro sobre su paso por el Ministerio de Economía durante el gobierno de Alberto y Cristina. Una obra que saldrá en marzo de 2024.
Como puede verse, ambos están más que despreocupados por lo que vendrá, que no será nada auspicioso para ellos. Porque, como se sabe, la Justicia siempre es “pro cíclica”, se despierta cuando cambian los signos políticos. Y es lo que acaba de ocurrir.
A Massa lo tiene contra las cuerdas una denuncia que le hice en agosto de 2022 por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. A Malena, otras tantas por sobreprecios en la empresa de agua de la provincia de Buenos Aires. Son expedientes que ya empezaron a cobrar vida, luego del oportuno letargo judicial.
Nada nuevo bajo el sol: en 2012 denuncié a Amado Boudou por el mismo delito, enriquecimiento ilícito, y la causa durmió el sueño de los justos hasta 2015, cuando el kirchnerismo dejó el poder.
Apenas ocupó Mauricio Macri el sillón de Rivadavia, Ariel Lijo recordó que era juez y avanzó en una batería de medidas que culminaron con Boudou tras las rejas, en 2017. Es el inevitable espejo de los Massa.
No hay forma de zafar de ello, ni siquiera a través de la “contra denuncia” que me hizo Malena por supuestas amenazas contra su marido. Un expediente que está por ser desestimado por la Justicia por carecer de elementos de prueba.
Como sea, por todo lo antedicho, mi consejo a los Massa es que dejen de pelotudear y se pongan a contratar unos buenos abogados. Les hará mucha falta.