Sin dar demasiadas explicaciones, el Gobierno de Javier Milei desplazó este viernes a Alejandro Guglielmi, jefe de la Casa Militar, el órgano mixto de militares y civiles que se encarga de la seguridad presidencial, la Casa Rosada y la Residencia Oficial de Olivos.
La responsable detrás de la medida fue la hermana del presidente, Karina Milei, alias “El Jefe”, quien lo echó a los gritos en el marco de un ataque de desconfianza de todos los que rodean al mandatario luego de lo ocurrido con Victoria Villarruel. Sospecha que buscan “voltearla”, y que Guglielmi filtró información “indecorosa” sobre ella.
En la misma sintonía, el indescifrable Santiago Caputo activó el “ejército de trolls libertario” contra la vice: los “tanques” pagados por la AFI repetían en forma guaranga la calentura del Presidente, según reveló el periodista Marcelo Bonelli.
“La ‘troika’ hablaba de ‘los delirios de Victoria’ y la acusaban de un complot político con ‘la casta’. Karina la acusa de ‘trepadora’ y de llevar adelante un ‘complot’ político. La vice estaba atrincherada en el Senado. Respondía con candidez frente a los inquisidores emisarios de la Casa Rosada”, de acuerdo al mismo colega.
La anécdota desnudó una situación de la cual pocos se animan a hablar pero que es harto conocida: el ejército rentado de tuiteros que utiliza el mileísmo para atacar a los que considera sus “enemigos”. Al mismo estilo que sabía operar el kirchnerismo, dicho sea de paso.
Las cifras son descomunales. Miles de millones de pesos. Que salen de los inacabables fondos reservados de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), que depende del Poder Ejecutivo hoy a cargo de Milei.
Ese dinero es destinado a más de 200 tuiteros que cobran hasta dos millones de pesos por mes por parte de la ex SIDE, dependiendo su relevancia y alcance social.
Según el tuitero Bracesco, el listado —denominado socarronamente “Quebracho WiFi”— supo ser manejado por Iñaki Gutiérrez, quien hasta hace poco administraba las redes sociales del Gobierno, y ahora por su continuador Juan Carreira, alias “Juan Doe”.
La nómina aterrizó en las últimas horas en las redacciones de varios periodistas y hay fuerte temor de que se filtren los nombres de los que allí aparecen. Sólo sería cuestión de horas para que ocurra.
Lo curioso del caso es que Milei suele repetir que “no hay plata”, lo cual contrasta con lo aquí contado. Millones manejados de manera discrecional por el joven Caputo. Cuya conducta bien podría ser merecedora de una denuncia penal por malversación de fondos públicos.
Como se dijo, es una práctica similar a la aplicada por el kirchnerismo, que también sabía escrachar a “opositores y enemigos” a través de programas pagos por el Estado Nacional. Quien escribe estas líneas lo ha sufrido en carne propia, merced a feroces informes de programas como 678, Duro de domar y otros.
Como bien dice aquella frase que sabe atribuirle a Karl Marx, “la histori