El solo hecho de hacer periodismo independiente me ha convertido en el blanco favorito de los seguidores de Javier Milei. Aún por opinar trivialidades en redes sociales.
Ciertamente, no me molestan las críticas, porque es parte del juego. Lo que sí me entristece -más por ellos que por mí- es el uso de calificativos como “mogólico”, “gordo”, HDP y otros. Que suelen definir a quienes los pronuncian, jamás a mi persona.
No suelo darles mayor entidad, porque la mayoría de esas cuentas son “trolls”. Esto es, personas que no existen realmente. Usuarios a los que les pagan para hacer daño a los “enemigos” de Milei.
Ello explica por qué cuando los invito a debatir cara a cara se niegan a hacerlo. O me bloquean. Es todo tan obvio que sus mensajes aparecen casi calcados entre sí.
Me pregunto qué hubiera ocurrido si este sistema hubiera existido durante el menemismo, cuando hice mis primeras denuncias por corrupción. O el kirchnerismo, sobre quien he hecho mis principales notas de investigación. En fin…
Lo curioso es que para muchos de los que me critican, yo era un ídolo hace unos pocos meses, cuando publiqué mi libro “Massa confidencial”. Incluso me agradecían porque decían que gracias a mi obra Milei había ganado la contienda electoral.
Ese viraje repentino es lo que los expone por completo. Y los deja en ridículo. Incluso con las acusaciones que saben hacerme, que son seis básicamente. A continuación, refutaré cada una de ellas:
-Sos kirchnerista
-Falso, escribí al menos 3 libros sobre la corrupción K, fui el más perseguido por el régimen y gracias a una denuncia mía fue preso el ex vicepresidente Amado Boudou. Más aún: denuncié en la Justicia que Cristina Kirchner es abogada trucha.
-Te cortaron la pauta
-Falso. Sólo tuve pauta oficial en 2003, durante los meses del gobierno de Eduardo Duhalde. Cuando llegaron los Kirchner me empezaron a poner trabas y decidí renunciar a ella. Jamás volví a pedirla ni gestionarla.
-Te pagan para pegarle a Milei
-Falso. A los que les pagan es a los trolls de Milei en redes sociales, con fondos de la AFI.
-Sos una cuenta fake
-Falso. Mi cuenta lleva mi nombre y apellido y es del año 2010. Fácilmente verificable todo. Los fake son los más de la mitad de los seguidores de Milei en Twitter. Son cuentas con pocos y nulos seguidores, creadas en los últimos tiempos. Y dicen cosas calcadas.
-Buscás un cargo en el Estado.
-Falso. Jamás trabajé en el Estado y me suelo jactar de ello. Nunca lo haría, porque me parece un robo a los contribuyentes. He tenido ofrecimientos varios, desde el menemismo hasta ahora, y siempre he dicho que no.
-Sos un periodista partidario.
-Falso. He sido crítico de todos los gobiernos, como se espera que sea un periodista honesto. Basta googlear para encontrar notas mías contra el menemismo, el delarruismo, el duhaldismo, el kirchnerismo y el macrismo.
A mis 53 años creo que no debe dar explicaciones de nada. Ya he demostrado ser un periodista recontra independiente. Y es insólito que pibes, muchos de los cuales recién terminan el secundario, intenten cuestionarlo, es absurdo.
Si cabe, les regalo a todos la mejor definición de periodismo. Aquella que regaló Horacio Verbitsky antes de hacerse militante K: “Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar”.