La leyenda urbana es un fenómeno que no se detiene. Tiene que ver con mitos que poseen su dinámica propia y que están relacionados con el relato que construyen ciertas sociedades. Siempre se trata de construcciones falaces e irracionales y su procedencia es de dificultoso rastreo. Aparecen en cualquier tiempo y lugar, y suelen ser contados con leves "retoques" relacionados a la "instrucción" e "inserción social" de quien las cuenta. Jamás le han sucedido a quien las relata, sino —supuestamente— a otros, lo cual hace complicado indagar sobre el origen de ellas.
Asimismo, su motivación es variada: puede haber interés de "competencia" comercial —como ha sido el caso de la falsa acusación contra aguas Dasani—, de "robar" cuentas de correo electrónico de terceros o simplemente divulgar la leyenda misma.
A las ya conocidas —las hay por docenas—, en los últimos meses ha comenzado a proliferar una nueva historia falsa que tiene que ver con una supuesta metodología para "conseguir contraseñas" de terceros. La misma asegura que, a efectos de poder obtener los datos secretos de alguien más, sólo basta hacer lo siguiente:
a) en el campo 'to' o 'para', enviar un mail a la siguiente dirección: contrasenasistema@hotmail.com
b) en el campo 'subject' o 'asunto', escribir tu nombre o tu seudónimo.
c) en el campo de mensaje: En el primer renglón escribe el correo de la victima.
En el segundo renglón escribe tu correo.
En el tercer renglón escribe tu contraseña
Listo, le das enviar.
Por las dudas, se asegura que "tarda de uno a tres días, pero es efectivo".
No hace falta ser demasiado brillante para detectar la falsedad de este e-mail, el cual circula indiscriminadamente por la red. Es evidente que, lejos de conseguir la contraseña de otra persona, si hacemos lo que allí se dice, alguien se hará de nuestro password y podrá ingresar a nuestro correo electrónico.
Según el filósofo Jean Pierre Vernant, el mito siempre se ha definido por una doble oposición: "a lo real, por una parte —el mito es ficción—, y a lo racional, por otra —el mito es absurdo—". En el caso de la mencionada leyenda se dan ambas características: esta no sólo es irreal —cualquiera que lo intente podrá comprobarlo—, sino que no tiene sentido alguno. Sinceramente, ¿por qué habría de funcionar semejante estupidez?
Es como aquel hoax —sinónimo de leyenda en la web— que asegura que al reenviar un e-mail a ocho personas, una conocida empresa de teléfonos celulares nos regalará un aparato nuevo. Este mito es más absurdo aún ¿Cómo sabe la firma que uno ha enviado ocho mensajes?. Por otro lado, ¿por qué una empresa estaría interesada en regalar algo por el mero reenvío de correos electrónicos?
Concluyendo
A pesar de la inverosimilitud de sus postulados, la leyenda urbana crece y se reproduce día a día. Es parte del folclore de cada pueblo, pero también una postal del lamentable retroceso del pensamiento crítico.
Si cada uno de los receptores de este tipo de correos electrónicos indagara en su posible —y probable— veracidad en lugar de reenviarlo irresponsablemente, se evitarían muchos spam (correo no deseado), preocupaciones en vano y hasta hackeos de cuentas de e-mail.
Por ahora es una utopía de difícil desarraigo social. Pero es trabajo de cada uno trabajar para reconstruir el sano escepticismo. Redundará en el bien de todos.
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1