No es la primera vez que los profesionales de Tribuna de periodistas desmitifican leyendas urbanas de todo tipo, principalmente motivados por el cansancio provocado por la recurrente recepción de correos electrónicos que profetizan improbables catástrofes de la más diversa índole.

    Como comentó oportunamente este mismo cronista, la leyenda urbana es una especie de mito que posee su dinámica propia y que está relacionado con el relato que construyen ciertas sociedades. Siempre se trata de construcciones falaces e irracionales y su procedencia es de dificultoso rastreo. Aparecen en cualquier tiempo y lugar, y suelen ser contados con leves "retoques" relacionados a la "instrucción" e "inserción social" de quien las cuenta. Jamás le han sucedido a quien las relata, sino —supuestamente— a otros, lo cual hace complicado indagar sobre el origen de ellas.

    Asimismo, su motivación es variada: puede haber interés de "competencia" comercial —como ha sido el caso de la falsa acusación contra aguas Dasani—, de "robar" cuentas de correo electrónico de terceros o simplemente divulgar la leyenda misma.

    En los últimos días, las casillas de correo han comenzado a ser inundadas de manera indiscriminada con un mensaje que en su momento fue bastante popular y que parecía —a esta altura— estar definitivamente fenecido. Se trata de la vieja leyenda que asegura que el servidor de cuentas de correo electrónico de Hotmail dejará de funcionar de manera inminente.

    Reza la leyenda: "si usas Hotmail manda este mensaje a todos los que sepas que lo usan, de lo contrario el dueño de Hotmail (John Henerd) borrará tu mail de aquí. Hotmail se esta sobrecargando y necesitamos librarnos de gente y queremos saber cuáles son los actuales usuarios que están usando sus cuentas de Hotmail. Así que si tu eres un usuario, por favor manda este e-mail a todos los que puedas, pero si no lo pasas a nadie se borrará tu cuenta de Hotmail. "

    Como puede verse, hay una falacia que demuestra claramente la falsedad de la advertencia: es insólito pensar que Hotmail necesite el reenvío indiscriminado de mails para saber cuáles son sus usuarios. Con una simple comprobación de sus servidores, pueden conocer fácilmente a cado uno de sus usuarios.

    Por otro lado, la mera consulta del sitio de Microsoft —titular de Hotmail— permite comprobar que no existe ningún John Henerd en su organigrama oficial.

    Finalmente, es descabellado pensar que puedan borrar nuestra cuenta de Hotmail en caso de no reenviar la leyenda de marras. Nunca ha pasado algo así y es improbable que suceda a futuro, ya que Microsoft intenta desde hace años competir con Gmail y Yahoo, lo cual obliga a la empresa a mejorar permanentemente el servicio.

    Según el filósofo Jean Pierre Vernant, el mito siempre se ha definido por una doble oposición: "a lo real, por una parte —el mito es ficción—, y a lo racional, por otra —el mito es absurdo—". En el caso de la mencionada leyenda se dan ambas características: esta no sólo es irreal —la realidad lo ha demostrado a lo largo del tiempo—, sino que no tiene sentido alguno.

    Es como aquel hoax —sinónimo de leyenda en la web— que asegura que al reenviar un e-mail a ocho personas, una conocida empresa de teléfonos celulares nos regalará un aparato nuevo. Este mito es más absurdo aún ¿Cómo sabe la firma que uno ha enviado ocho mensajes?. Por otro lado, ¿por qué una empresa estaría interesada en regalar algo por el mero reenvío de correos electrónicos?


Concluyendo

    A pesar de la inverosimilitud de sus postulados, la leyenda urbana crece y se reproduce día a día. Es parte del folclore de cada pueblo, pero también una postal del lamentable retroceso del pensamiento crítico.

    Si cada uno de los receptores de este tipo de correos electrónicos indagara en su posible —y probable— veracidad en lugar de reenviarlo irresponsablemente, se evitarían muchos spam (correo no deseado), preocupaciones en vano y hasta hackeos de cuentas de e-mail.

    Por ahora es una utopía de difícil desarraigo social. Pero es trabajo de cada uno trabajar para reconstruir el sano escepticismo. Redundará en el bien de todos.

Christian Sanz
Twitter: @cesanz1