Aníbal Fernández juró como abogado en julio de 2008. Aunque pocos recuerdan haberlo visto transitar con asiduidad por las aulas de la Universidad de Lomas de Zamora, el Jefe de Gabinete recibió su diploma junto a muchos otros alumnos que sí concurrieron fielmente a cada cátedra dictada por esa casa de estudios.

A poco de diplomarse, algunos exabruptos cometidos en torno a cuestiones judiciales puntuales, encendieron las alarmas en diversas agrupaciones de profesionales, las cuales percibieron la falta de conocimiento esencial del derecho por parte de Fernández.

En voz baja muchos empezaron a preguntarse –y aún hoy se preguntan- ¿es Aníbal abogado?

Uno de los últimos cuestionamientos provino del mismísimo Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, una de las asociaciones más poderosas del país a nivel profesional-letrado.

Luego de haber admitido públicamente haber sido quien llevó adelante toda la estrategia procesal-judicial en torno al tema BCRA, Fernández fue duramente cuestionado por ese cuerpo y se pidió incluso que le fuera retirada su matrícula profesional, de acuerdo a lo que rezan los artículos 19 y 44, inc. C de la ley 23.187.

Si a esto se suman las intervenciones verbales que este último ha tenido en torno a diversas causas judiciales de gran relevancia coyuntural, podría decirse que su conocimiento del derecho es casi nulo.

Desde el seno del propio gobierno se ha cuestionado al Jefe de Gabinete y hasta se le pidió en más de una oportunidad de se callara la boca antes de decir tantas “gansadas”.

Los mismos que han pedido esa prudencia, son los que dudan que se haya recibido de abogado de manera “limpia”.

“Tendrías que investigar y difundir el modo irregular con que Aníbal Fernández se recibió de Abogado en la Facultad de Derecho de la UNLZ. Se dice, y con razón, que Tulio (actual Director Nacional electoral, nombrado en ese cargo por Aníbal, y rector de esa Facultad en los 90 y 2000, presionaba a docentes para que firme las actas de aprobación de distintos sindicalistas y políticos, entre ellos las notas del jefe de Gabinete, de quien se dice que cursó unas pocas materias”, aseguró a este periodista una fuente de información oficial que se contactó a través de los comentarios de la página de Tribuna de periodistas.

El informante revista en las filas del ministerio de Justicia y confiesa que existen pruebas “muy fuertes” acerca de que Aníbal no es abogado.

Lo mismo aseguró a este periódico un letrado que supo trabajar en la Secretaría General de la Presidencia, bajo las órdenes de Carlos “Chino” Zanini: “nosotros siempre supimos que Aníbal no era abogado, pero era algo que no se podía mencionar. Era un tema tabú en las reuniones que teníamos”.

En sentido similar opinaron otras dos fuentes de información oficiales consultadas para este artículo, todos en estricto off the record por temor a perder sus propios puestos en la administración pública nacional.

Lo que es claro es la aparición de la sombra de Diego Molea actual rector de la UNLZ y presidente del Colegio de Abogados de Lomas de Zamora.

Si el dato termina de confirmarse –Tribuna trabaja en estas horas para esclarecerlo- y se comprueba que Fernández no es abogado, sería un escándalo de enormes proporciones.

O tal vez no: ¿qué le hace una mancha más al tigre?