Hace años que sigo de cerca las andanzas de Luis D’Elía, un personaje acomodaticio, que sólo sabe moverse a fuerza de extorsionar y a cambio de suculentos montos de dinero que le permitan llevar adelante sus aspiraciones personales. Baste mencionar como botón de muestra, que este ha sabido hacer campaña a favor de la embajada de Irán en torno a la causa AMIA, de la misma manera que organizó un piquete contra la petrolera Shell por pedido del kirchnerismo.
No hay escrúpulos en las andanzas de D’Elía, sólo motivaciones personales y la más pura ambición privada. Cuando la “caja” está llena, no hay quejas por parte del piquetero. Cuando empieza a flaquear su propia economía, empieza tibiamente con sus amenazas. Por caso, en las últimas horas, juró que es capaz de salir a la calle con “80 mil tipos” a reclamar por planes sociales que hoy el gobierno le estaría escatimando.
Ya había actuado de manera similar en septiembre de 2009, cuando parecía que quedaría preso por la toma de una comisaría, en el año 2004. “Si voy preso, no se cómo va a reaccionar mi gente”, amenazó en esos días. Y tuvo éxito, ya que
Cansado de sus andanzas, a principios del año 2008, escribí una carta personal a D’Elía, interrogándolo sobre diversas cuestiones relacionadas a su falta de ética y su interminable prepotencia. Entre otras cosas, le pregunté
-¿Por qué no blanqueás que el kirchnerismo te paga un suculento sueldo mensual para hacer de grupo de choque y que mantiene los costos de la ostentosa oficina que tenés en plena Av. Corrientes?
-¿Cómo se entiende que aceptes dinero de cualquiera que te pague, sea la embajada de Irán, Venezuela o el vecino de la otra cuadra? ¿No es eso ser un "mercenario"?
-¿Cómo podés explicar que el séquito de personajes que te acompaña posea armamento de fuego y los consecuentes permisos por parte del Renar? ¿Quién gestionó esos permisos? ¿Las armas son para protestar pacíficamente?
-¿Explicarás algún día por qué has vendido terrenos en Ciudad Evita que te habían sido donados por el Gobierno Nacional?
-¿Cómo podés decir que representás a "humildes trabajadores" cuando tenés un nivel de vida que no podés justificar?
La misiva fue respondida oportunamente por D’Elía pocos días más tarde, casi sin refutar ninguna de las afirmaciones efectuadas por quien escribe estas líneas. Allí, el piquetero lo único que admitió es que le dolían las imputaciones que le endilgaba y aseguró que encabezaba una “lucha” de todo un “pueblo harto de saqueos foráneos y vernáculos”. Asimismo, agregó en su carta que “mis mejores esfuerzos siempre los he invertido en defender a los más débiles”.
Cuando recibí esas líneas me sentí fuertemente indignado, ya que era obvio que el piquetero defendía al kirchnerismo, no a la “gente más débil” como él aseguraba. Asimismo, conocía su elevado nivel de vida gracias a fuentes de información de su propio entorno, lo cual me enfurecía aún más. Sin embargo, decidí dejar la discusión como estaba, para no avanzar en una escalada verbal estéril.
Es claro que D’Elía ha crecido exponencialmente merced al fuerte respaldo del kirchnerismo, el cual no sólo lo ha dotado de recursos “contantes y sonantes”, sino también de poderosa infraestructura, la cual mantiene hasta el día de la fecha.
Es ese mismo oficialismo el que ha creado el monstruo que hoy representa D’Elía, con un grado de irresponsabilidad tal, que terminará jugando en contra del propio gobierno.
En ese sentido, cabe preguntarse, ¿qué pasará el día que el kirchnerismo no pueda cumplir con las exigencias del piquetero? ¿Entenderá pacíficamente D’Elía la eventual coyuntura?
La respuesta es obvia, y refiere a un temor que hoy flota sobre las cabezas de los funcionarios más importantes del oficialismo.
Christian Sanz