La reciente detención de Paula Aballay, y la denegación de excarcelación de su marido, Juan José Zanola, titular de la poderosa Asociación Bancaria, son dos datos que poseen más connotación que la que puede verse a simple vista.
Aballay fue sorpresivamente demorada, luego de haber sido excarcelada hace menos de un mes, en este caso, el juez Norberto Oyarbide la ha señalado por presunto "lavado de dinero" en el mismo expediente donde se la investiga como eventual organizadora de una “asociación ilícita”.
No casualmente, Oyarbide firmó la orden de detención de la mujer minutos después de que
Debe decirse, frente a la dosificación de la información que se vive en estos días, que Zanola ha comenzado a molestarse por los continuos “reveses” judiciales que está acumulando y ha prometido ante sus íntimos empezar a “prender el ventilador” en caso de que no reciba el pertinente auxilio oficial.
¿A qué se refiere el sindicalista cuando dice esto? Si se siente traicionado, ¿por qué no ha señalado a nadie aún en el marco del expediente que investiga su propia actuación?
Lo primero que debe tenerse en cuenta, es que Zanola ha sido una pieza fundamental a la hora de articular los mecanismos delictivos de la denominada “mafia de los medicamentos”. Luego, debe asumirse que la mera cercanía para con el kirchnerismo le ha permitido permanecer inmune a cualquier investigación judicial. Sólo el escándalo generado en torno al triple crimen de Gral. Rodríguez lo ha expuesto a la luz pública.
Algunos recuerdan aún hoy cómo Aballay, luego de enterarse del deceso de los tres “empresarios”, guardaba en bolsas de consorcio grandes cantidades de medicamentos a efectos de hacerlos desaparecer. En ese sentido, el temor de la mujer de Zanola ha sido más que sintomático.
Es que, si no hubieran asesinado a Sebastián Forza y sus amigos, hoy Zanola seguiría impunemente llevando adelante sus usuales negociados con recetas adulteradas y medicamentos “truchos” de la mano de Néstor Lorenzo, titular de la megasospechada droguería San Javier. Siempre amparado por el poder de turno a cambio de ayudar a blanquear dinero para el kirchnerismo.
A fuerza de ser sinceros, Zanola no es el único que ha operado con Lorenzo ni el más importante partícipe de la trama mencionada. Por caso, Hugo Moyano ha estado relacionado con los mismos personajes a través de dos de las obras sociales que controla —OSCHOCA y Droguería Urbana—, pero nadie jamás lo ha señalado siquiera.
“Moyano es sinónimo de Kirchner, por eso no lo toca nadie”, admitió oportunamente un fiscal Federal que trabaja en Comodoro Py 2002, de
Sólo de esa manera puede entenderse que se haya cerrado el círculo sobre un par de personajes menores, en el marco de una trama multimillonaria que precisa de la protección de altos despachos oficiales.
Jamás el kirchnerismo permitirá que se indague en profundidad en un tema que oficiará finalmente como salvavidas de plomo y terminará de hundir al gobierno de Cristina Kirchner.
Concluyendo
Mientras estas líneas terminan de escribirse, el juez Oyarbide acaba de revelar que los detenidos Lorenzo y Solange Bellone —esta última viuda de Forza— han tenido "un rol protagónico" en operaciones de lavado de dinero.
Para entender esas palabras, hay que indagar en el expediente que hoy reposa en el despacho de otra jueza, María Romilda Servini de Cubría, referido al financiamiento de la campaña del Frente para
Allí, media docena de empresarios admitieron que, si bien aparecen como aportantes de dinero al partido oficial, jamás pusieron un sólo peso. “Yo aparecí de la noche a la mañana poniendo 310 mil pesos para el FPV, sin siquiera ser consultado por ningún funcionario”, admitió ante este periodista Gabriel Brito, titular de la consultora Global Pharmacy.
Si esto es así, ¿de dónde salieron entonces los fondos que usó el kirchnerismo para la puja electoral de ese año?
Es una pregunta que ningún funcionario oficial se anima a responder. Por ahora.