La pose que adoptan la mayoría de los referentes de la oposición de no “hablar de alianzas” ni de “candidaturas” porque falta mucho tiempo para las elecciones del 2011, paradójicamente provoca que los encuentre totalmente desarmados y sin respuesta homogénea ante cada decisión audaz que adopta el matrimonio Kirchner.
Decir que esa vez, con la decisión de caducidad de la licencia de la empresa Fibertel y el informe sobre Papel Prensa el gobierno nacional nuevamente marcó la agenda política, es redundante, obvio, reiterativo.
La discusión por el 82 por ciento móvil, que se trasladó al 13 de octubre en el Senado nacional, refleja que la oposición está sumergida en el lodazal que el kirchnerismo le tendió y del que no puede salir. Está sumergida en temas que se desvanecerán en el tiempo y que, en el mejor de los casos, serán vetados por el Ejecutivo.
La oposición apuesta al desgaste que pueda afectar al gobierno, pero el kirchnerismo recupera terreno en otros campos. La reacción heterogénea del antikirchnerismo en el caso de Papel Prensa, refleja su atomización y falta de visión para enfrentar a un gobierno que avanza sobre pasos firmes. De hecho, la centroizquierda mantiene “dudas” que la Coalición Cívica, el macrismo y la UCR, más allá de sus tiempos, no tienen. EL oficialismo lo sabe.
Como ejemplo, es claro lo que le ocurre a Mauricio Macri con la causa de las escuchas ilegales. Como bien lo describió un veterano peronista que milita en las filas del Peronismo Federal, “si hubiera arreglado antes con nosotros no padecería todo lo que padece”.
Un dirigente experimentado en campañas electorales sostiene que lo mejor que puede hacer la oposición en estos momentos es “armar los frentes cuanto antes, fijar hacia adelante las reglas de elecciones de candidatos y formar dos o tres bloques fuertes” con los que enfrentar, en otras condiciones al kirchnerismo. Pero no sólo reducir su escenario de “pelea” en el Congreso nacional, donde está claro, está perdiendo el tiempo. Trasladarlo a todos los ámbitos.
De lo contrario, dicen, Macri se pelea con Eduardo Duhalde y Francisco De Narváez; Elisa Carrió con Julio Cobos, Hermes Binner y Ernesto Sanz; Binner respalda algunas cosas del gobierno nacional al igual que Ricardo Alfonsin, aunque sea a medias; Pino Solanas elogia un día a Carrió y al otro día rechaza cualquier tipo de alianza electoral; Felipe Solá critica a Macri y elogia a Carrió.
Por eso, en ese horizonte de confusión e incertidumbre, el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández podría animarse a lanzar su candidatura presidencial y competir en internas con el mismísimo Kirchner. Más allá de la decisión del chubutense Mario Das Neves de ir también por adentro de la estructura del PJ que hoy maneja el santacruceño, Fernández piensa que puede ganarle a Kirchner de la mano de la “renovación” justicialista, que no quiere tener nada que ver con el Peronismo Federal.
Evidentemente, el escenario político nacional, si hay algo que no puede demostrar hoy de cara al 2011, son certezas.
Walter Schmidt
DyN