Lo sucedido en el día de ayer en una escuela pública marplatense, pareció sumarse al álbum de las desventuras que el ministro Amado Boudou viene acumulando en los últimos tiempos.
Durante un acto enmarcado en el programa “Conectar Igualdad”, en la Escuela Polimodal 1 Don Cesar Gascón, Boudou entregó computadoras portátiles acompañado del ministro de Educación, Alberto Sileoni; el titular de Anses, Diego Bossio y el intendente de Mar del Plata, Gustavo Pulti. Entretanto, un joven saltó al escenario, tomó una de las netbook y la arrojó contra el piso exclamando: “¡Nos cagamos de hambre!”.
Inmediatamente después de romper la pequeña máquina, el muchacho tomó el micrófono casi llorando y dijo: “¿Para qué queremos computadoras si nos estamos cagando de hambre? ¡Esto no es inclusión, son unos inútiles!”.
Luego del incidente, el joven fue retirado del escenario por las fuerzas de seguridad.
Rápidamente, Boudou sostuvo al respecto que “cada cual puede pensar distinto pero hay que actuar de otra manera porque estas cosas no hacen bien al país”.
Podría asegurarse fácilmente que los últimos días no han sido nada buenos para el ministro de Economía Amado Boudou. Lejos parecen haber quedado los días en que el funcionario disfrutaba verse con una guitarra en el escenario de algún acto político plasmando una imagen de joven desestructurado al que Néstor Kirchner comenzó a mirar, cual cazatalentos, con planes para las próximas elecciones.
La popularidad de Boudou parece venir cayendo en picada luego de esta seguidilla de acontecimientos desafortunados.
Las desventuradas frases del ministro para referirse a dos colegas de diario Clarín y La Nación, calificándolos como los que “ayudaban a limpiar las cámaras de gas del nazismo”; tuvieron que verse rectificadas luego de una presionada disculpa pública por parte del joven funcionario, acompañada de un escalofriante silencio oficial.
¿A expresiones como esa habrá querido referirse el ministro cuando dijo que “hay cosas que no le hacen bien el país”?
Eliana Toro