El expediente que investiga la denominada mafia de los medicamentos, no da tregua a la hora de sorprender. No solo fueron apareciendo nombres relacionados a lo más granado del poder a lo largo de esa indagación, sino que se probó que la misma causa judicial está relacionada con el triple crimen de General Rodríguez y el posible blanqueo de dinero en la campaña de Cristina Kirchner y Julio Cobos en 2007.
La investigación llegó a tal nivel, que permitió llegar hasta la figura del todopoderoso Hugo Moyano a través de los millonarios negocios de la obra social de Camioneros (OSCHOCA). A efectos de aclarar ese tópico, declaró esta mañana el dueño de la cuestionada Droguería Urbana, Marcos Hendler, quien supo ser el principal proveedor de medicamentos a la entidad de Camioneros.
Hendler quien es sindicado por varias fuentes como testaferro de Moyano, rechazó ante el juez federal Norberto Oyarbide haber sido proveedor de OSCHOCA al tiempo que negó haber comprado y vendido medicamentos adulterados a alguno de los imputados en esa causa judicial.
Sin embargo, en el expediente de marras, no solo hay testimonios y documentos que prueban lo contrario —es decir, que Droguería Urbana sí le vendía a Camioneros—, sino también escuchas telefónicas que comprometen a Hendler en la adulteración de troqueles. Por caso, en una escucha telefónica que tiene Oyarbide en su poder un tal “Marcos” solicita para esa obra social 19 troqueles falsificados de un medicamento oncológico denominado Erbitux. Obviamente, ese dinero después sería cobrado al Estado.
En sentido similar, diario Perfil publicó el domingo 16 de mayo de 2010 los detalles de una conversación mantenida entre ese medio y Droguería Urbana, donde una persona de la firma confiesa que “vendemos a varias obras sociales. Moyano es un cliente más”. Ese solo testimonio tiraría abajo la declaración de Hendler, pero no hace falta ya que, como se dijo anteriormente, hay evidencia de sobra, no solo en el expediente que tiene Oyarbide, sino también en el que reposa en el despacho del juez Claudio Bonadío.
Si se quiere resolver la cuestión, debería investigarse el curso del 2006 en la vida de Hender. Es que, en ese año, ingresó al directorio de Droguería Urbana, logrando multiplicar los activos de esa firma en un 500 por ciento en solo un año.
Dos datos llamativos: a pesar de superar los 30 millones de pesos anuales, la firma tiene apenas 21 empleados y, según publicó Perfil, estos trabajan en una oficina que no tiene estructura de droguería.
Oportunamente, cuando este medio consultó por qué nunca se había avanzado sobre los negocios de esta firma, una fuente judicial no dejó lugar a dudas: “Hendler aportó más de 400 mil pesos a la campaña de Cristina Kirchner”.
Está todo dicho.