“Los primeros indicios los dio el propio Mauricio Macri con su propia indefinición. No solo a nivel mediático, sino puertas adentro: jamás confirmó oficialmente que competiría por la carrera presidencial de 2011 a sus propios allegados”. Así comienza la columna que escribí el 26 de abril de este año para diario MDZ, anticipando que el jefe de Gobierno porteño buscaría la reelección en la Ciudad de Buenos Aires y abandonaría la competencia de octubre próximo.
Hoy, diario Clarín y agencia Noticias Argentinas lo han publicado con seguridad. Ambos recurrieron a fuentes oficiales macristas. NA, por caso, reproduce palabras de un ministro que “destacó que la decisión obedecería a la imposibilidad de poder conformar un gran frente electoral opositor y ante el riesgo de que el PRO pueda perder la Ciudad de Buenos Aires en caso de no presentarse él”.
De todos modos, el titular del PRO aseguró esta mañana que no tiene "nada que declarar" sobre esta posibilidad de pelear por la reelección.
Según trascendió, Macri vio frustradas sus esperanzas de conformar un gran frente opositor cuando el radicalismo, a través de su precandidato presidencial, Ricardo Alfonsín, decidió cerrar alianzas con referentes de la centroizquierda, excluyéndolo de cualquier posibilidad al respecto.
Esta misma versión trascendió en Clarín, que citó al menos a cuatro fuentes partidarias que admitieron que Macri dio indicios claros entre sus colaboradores de la decisión que tomará.
El paso del tiempo abonó la posibilidad de que el jefe de Gobierno intente "blindar" el territorio porteño con una nueva postulación en la Ciudad.
Las versiones sobre su reelección ya habían tomado fuerza la semana pasada, al punto que algunos operadores políticos hasta mencionaron a la ministra de Desarrollo Social, María Eugenia Vidal, como eventual compañera de fórmula.
En fin, otro referente opositor que abandona la carrera presidencial de octubre, dejando —otra vez— la cabal muestra de que la política argentina ha llegado a un nivel de degradación pocas veces visto con anterioridad.
Una verdadera pena, pero más aún, una real vergüenza.
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1