Confieso que quien escribe estas líneas tenía dudas sobre cuál sería el resultado del sorteo para determinar en qué juzgado criminal y correccional federal recaería la denuncia sobre irregularidades cometidas en el Banco Nacional de Datos Genéticos en el marco del caso Noble Herrera.
La presentación exige la investigación sobre la veracidad de los estudios de ADN de los 104 nietos recuperados por las Abuelas de Plaza de Mayo, a quienes se los resarció con millonarios fondos del erario público por el padecimiento motivado por su apropiación en la trágica etapa del proceso militar que enlutó al país.
Más allá de algunas conjeturas, se decidió radicar la denuncia por cuanto al haber resultado negativo el estudio genético sobre el vínculo entre los hijos adoptivos de la Sra. Ernestina Herrera de Noble con las familias reclamantes que ahora perderán su condición de querellantes; uno de ellos David Lanuscou, quien sostuvo que podría existir una manipulación de esos estudios y llegó al extremo de vincular a la ex responsable del Banco Nacional de Datos Genéticos porque ahora estaría colaborando con el Grupo Clarín.
A quien escribe le consta, ya que está documentado en una causa judicial, que en el BNDG no hay seguridad jurídica, pues se probó documentadamente un cambio de muestras para un estudio de ADN, lo cual permitió que inescrupulosos pusieran en duda la identidad de una menor de edad, lo que para la moda actual sería un crimen de lesa humanidad, particularmente en el marco del gobierno kirchnerista que pretende atribuirse la defensa de los DD.HH. como bandera política.
Frente a tan delicado asunto, quien la radicó supuso que esta vez el sorteo arrojaría un resultado diferente al que la lógica y experiencia vaticinaban.
Pero lamentablemente surgió la equivocación. Puesto en marcha el mecanismo aleatorio del sistema informático de sorteos de la Mesa de Entradas General de la Excma. Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal con asiento en el segundo piso del edifico sito en Avda. Comodoro Py 2002 de esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires, salió favorecido el juzgado nº 7, circunstancialmente a cargo del Dr. Norberto Oyarbide.
Sólo una inteligencia superior podría explicar tanta casualidad, pero vale recordar que fue un fiscal de la Nación, el Dr. Di Lello, quien admitió lo extraño que resulta ser que muchas causas sensibles al actual gobierno aterricen ante el mismo magistrado que en tiempo récord sobreseyó al matrimonio Kichner en la causa judicial promovida por el suscripto con motivo de su descomunal enriquecimiento patrimonial.
Contemporáneamente el Consejo de la Magistratura de la Nación, cooptada su mayoría por el régimen kirchnerista, una vez más zafó al magistrado aludido en otro expediente vinculado a su conducta.
¿Quid pro quo?
El escándalo Schoklender-HP de Bonafini y el affaire de Sueños Compartidos pueden empalidecer frente a este nuevo expediente si se llegase a determinar que fueron fraguados resultados genéticos como para “inventar” nietos recuperados generosamente indemnizados.
No sólo por los millonarios fondos públicos distraídos, sino porque pondría al desnudo una maquiavélica trama de fraude ético y moral.
Enrique Piragini