“El changuito se hizo canasto y el canasto se convirtió, apenas, en una bolsita de súper”, informa hoy El Cronista, y es que por el aumento del costo de vida, el Banco Central tuvo que salir a triplicar el ritmo de emisión de billetes de $100 en junio y julio respecto a los dos meses anteriores.
En su 20º cumpleaños, el billete más grande del país sufrió durante los últimos cuatro años el mayor deterioro en su poder de compra.
Tal es así que el organismo pasó de inyectar 35 millones de billetes de máxima denominación durante el bimestre abril-mayo a imprimir 116 millones durante el período de junio- julio.
"El esfuerzo de esta política expansiva tiene como objetivo mantener la liquidez necesaria en el sistema para asistir al Tesoro y acompañar los fuertes aumentos salariales sin que se sienta un impacto en las tasas de interés", expresó un consultor al matutino.
Por la inflación, con un billete de $100 se puede comprar lo mismo que se conseguía con $48,6 en 2007, según cálculos de distintas consultoras.
En este contexto es que diferentes legisladores vienen pidiendo ya hace algún tiempo y a través de distintos proyectos la impresión de billetes de mayor denominación para con el objetivo de solucionar la escasez de efectivo, frente a tanta demanda derivada de la política del consumo.
Justamente la semana pasada, el senador Carlos Reutteman logró que su iniciativa de emitir billetes de $500 ya fuera analizada por dos comisiones, mientras que los otros tres textos de ley, diseñados por Federico Pinedo (PRO), Gerardo Milman (GEN) y Pablo Verani (UCR), se encuentran encajonados en el Congreso desde mediados del año pasado.
Pero el gobierno no solo no acepta esta iniciativa, ya que sería confirmar la temida inflación, sino que, según afirma la economista Nidia Osimani “fabricar billetes de mayor denominación impulsaría aún más el alza de los precios y podría ser interpretado por la gente como que la moneda de curso legal nacional perdió valor. Como si a esta altura de los acontecimientos existiera alguna forma posible de seguirle ocultando a la población que el Indec efectivamente miente.
En relación a esto es que hoy también se conocieron los últimos datos del Indec, los cuales indican que el poder de compra se duplicó respecto de hace cuatro años. “Siguiendo esta lógica, hoy es posible salir del supermercado con dos changuitos casi repletos de alimentos, bebidas, artículos de limpieza o de tocador pagando la misma plata que hace cuatro años se necesitaba para llenar uno. También sería posible comprar en los shopping centers el doble de productos que en aquel momento”, indica IEco.
Los grandes beneficiados de este milagro serían principalmente los asalariados, ya según el Indec, sus sueldos aumentaron 130%.
Nuevamente, un fenómeno que solo puede darse con las estadísticas del Indec.
Equipo de Economía de Tribuna de Periodistas