Pocas horas después de que se descubriera el terrible hallazgo de un nuevo cuádruple crimen en el Departamento de Las Heras, Mendoza, escribí una columna para MDZ On Line comparando ese luctuoso hecho con el que se vivió en La Plata el pasado 27 de noviembre cuando cuatro mujeres aparecieron acuchilladas con una saña particular. Dije en mi columna:
"No pocos elementos permiten trazar un paralelismo entre un evento y el otro. En primer lugar, en ninguna de las dos escenas del crimen faltaron elementos de valor, lo cual permite suponer que se trató de sendos hechos desvinculados del típico robo o hurto.
En segundo lugar, en uno y otro caso las víctimas parecen haber conocido a sus asesinos.
En tercer lugar, aparece la figura de un menor asesinado con inusitada violencia.
En cuarto lugar, los causantes de ambos hechos ingresaron sin necesidad de utilizar la fuerza a los lugares donde luego cometerían sus crímenes.
En quinto lugar, se baraja la posibilidad de que detrás de los dos crímenes se escondan eventos de venganza personal o intentos de ocultar otro tipo de delitos (criminis causa).
En sexto lugar, ambos atacantes se manejaron aparentemente con armas blancas y mostrando una agresividad fuera de lo común."
En estas horas, la investigación se encuentra encaminada y el ministro de Seguridad mendocino, Carlos Aranda, jura que ya se ha esclarecido el hecho que dejó sin vida a Alí Miguel (80), su esposa Sara García (83), su hija Mónica Miguel (49) y su nieto Ezequiel (11).
Sin embargo, y de acuerdo a la información entregada esta mañana por la fiscal Claudia Ríos y los organismos policiales, se descartó la posibilidad de que una persona haya ingresado a la vivienda. En ese contexto, la causa tomó un giro inesperado tras conocer la declaración del menor y único testigo, quien habría confesado que fue él quien asesinó al chico de 11 años luego que este, en un ataque de ira, asesinara a su madre y sus abuelos.
Según Juan Carlos Caleri, jefe de la Policía de Mendoza, la situación se habría generado luego de que los chicos discutieran por un pendrive mientras estaban en la computadora, momento en el cual Ezequiel se habría descontrolado y habría atacado a su familia hasta matarlos. Acto seguido, habría intentado asesinar a su amigo de 14 años, quien en defensa propia lo habría matado a él.
Un dato no menor para entender lo ocurrido: el niño fallecido estaba en tratamiento psicológico por una incipiente esquizofrenia.
Sin embargo, las sospechas sobre el único sobreviviente han recrudecido en las últimas horas y todas las miradas se posan sobre él. Las contradicciones en su testimonio son muy marcadas y demasiado elocuentes.
En las próximas horas, quienes llevan adelante el expediente de marras, juran que dará un giro escalofriante.
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1