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Piden cambio de carátula a “homicidio calificado”

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MENEM JUNIOR Y UN PERITAJE SOBRE LA BASE DE LA AMENAZA
MENEM JUNIOR Y UN PERITAJE SOBRE LA BASE DE LA AMENAZA

Mientras estas líneas se escriben, en la Justicia se presenta un escrito a través del cual se pide el cambio de carátula en el expediente que investiga la muerte de Carlos Menem Jr. Zulema Yoma, a través de su abogado Juan Gabriel Labaké, solicita allí que “se declare homicidio calificado y crimen de lesa humanidad” lo sucedido con su hijo.

 

En el mismo contexto, la mujer hace referencia a supuestas irregularidades en torno al peritaje hecho en Tucumán sobre los restos del helicóptero donde viajaba Carlitos. En el estudio de marras actuaron cuatro peritos, dos de parte —Jorge Locles y Enrique Prueguer— y dos oficiales —Elisa Margarita Colombo y José Fernando Barraza—, llegando a una conclusión curiosa.

En el informe referido, los especialistas hablan de esquirlas que fueron encontradas en la aeronave, pero se niegan a admitir que correspondan a balazos. No es algo casual: ambos investigadores fueron conminados por el juez de la causa para que no mencionen, ni la palabra “bala” ni el término “arma de fuego”.

Dice el peritaje: “En el punto I de la llamada escrita entre paréntesis, aclaran que, según el diccionario, ‘esquirla’ se define como ‘astilla de un hueso desprendida por caries o por fractura; astilla desprendida de una piedra, de un cristal, etc.’ (…) El diccionario Sopena agrega: ‘esquirlas de metal’, que comprende a las esquirlas de proyectiles o balas, pero los peritos oficiales, muy sugestivamente, se negaron a escribir la palabra ‘bala’ en ese informe”.

La conclusión es “obvia e irrebatible” para Zulema: “Esas esquirlas, ¿de qué objeto pudieron desprenderse, para perforar la chapa del helicóptero, sino de una bala? Nadie puede perforar la chapa de un helicóptero en vuelo con una esquirla de hueso (además, el hueso dejó de usarse como arma arrojadiza al final del paleolítico), de un diente cariado (¡!), de una piedra (salvo que algunos chicos traviesos le hayan tirado al helicóptero con sus gomeras…) o de un cristal. En este punto, la terquedad (o el terror selvático) de los peritos oficiales en negarse a citar la palabra “bala” los hace caer en el ridículo. Para ellos, las esquirlas pudieron ser de todo lo que no pueden ser (hueso, diente cariado, piedra, cristal), pero no de lo único que fueron: balas, y no de calibre menor”.

E insiste: “Digo, en forma abiertamente afirmativa, que fueron esquirlas de balas porque, reitero, la Gendarmería demostró que lo fueron, y VS lo aceptó en 1998”.

En realidad, el peritaje se hizo en 1997 y llegó a manos del juez Carlos Villafuerte Ruzzo el jueves 24 de julio de ese año.

Los doce expertos intervinientes en su confección —de los cuales tres eran especialistas en helicópteros y cuatro en balística y explosivos— aseguraron de manera rotunda que existían "perforaciones, deformaciones e irregularidades atribuibles a impactos de proyectiles de armas de fuego" en cinco lugares diferentes del helicóptero Bell Jet Ranger III, matrícula LV-WFZ serie número 4263 en el que viajaba Carlitos junto a su amigo Silvio Oltra.

Los peritos indicaron en ese informe que en la puerta derecha de inspección de la aeronave, junto a un caño condensador del equipo de aire acondicionado, el cobertor de la unidad hidráulica, el cobertor plástico del evaporador trasero de aire acondicionado y el evaporador delantero, se habían encontrado orificios y "restos metálicos compuestos por una aleación utilizada en la conformación de proyectiles de armas de fuego".

Sin embargo, en el peritaje que se hizo en Tucumán, los expertos oficiales se negaron a relacionar sus resultados con lo ya demostrado por la Gendarmería Nacional en 1997.

Aún así, los dos peritos han debido reconocer que: “Lo encontrado en la fotografía 523 de la carpeta 6 de la Gendarmería Nacional, y del folio 44 posición 2 de la carpeta naranja de la JIAAC, (pertenecientes a la) cara externa del cobertor del hidráulico, se trata de un orificio de forma irregular, que habría sido producido por el impacto de un objeto irregular tipo esquirla, descartándose que se trate de una bala (ver punto I). De acuerdo a las marcas que se visualizan en las adyacencias del orificio, sería factible que el objeto se haya aproximado al punto de impacto desde abajo hacia arriba y de afuera hacia adentro”.

El peritaje hecho en Tucumán avanza de la siguiente manera:

Vale la pena recordar que la sigla JIAAC significa la Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil (que depende directamente de la Fuerza Aérea Argentina). Es decir, los cuatro peritos están afirmando, en forma unánime y tajante, que en la fotografía 523 de la carpeta 6 de la Gendarmería Nacional (peritada en 1998), y en la del folio 44, posición 2, de la carpeta naranja de la Fuerza Aérea (peritada “in situ” y recién caído el helicóptero), existe el mismo orificio.

Dice el informe de los cuatro peritos en el punto b): En la fotografía de cara interna del cobertor del hidráulico (es el mismo sector del helicóptero estudiado en el punto 1.-) –fotografía 601 carpeta 7 de Gendarmería Nacional- se identifican dos orificios de forma irregular… En las adyacencias de los orificios se observan alteraciones de la pintura, exhibiendo superficies especulares consistentes con fenómenos térmicos.

Las mencionadas alteraciones de la pintura, exhibiendo superficies especulares consistentes con fenómenos térmicos, se producen solamente por muy altas temperaturas. Las esquirlas de dientes cariados, de huesos, de cristal o de piedra (con gomeras… o no) jamás se desplazan a tales velocidades, ni mucho menos.

Sólo una esquirla de bala puede hacerlo a semejante velocidad. ¿Lo ignoran los peritos oficiales? ¿Lo pasará por alto VS?

Dice el informe de los cuatro peritos en el punto c): Del análisis comparativo de la ubicación del detalle en las dos imágenes analizadas en los puntos a) y b) precedentes, se puede concluir que las dos piezas (cara externa y cara interna del cobertor hidráulico) contienen un detalle similar en la misma posición.

El abogado Labaké, sobre la base del aporte de los peritos de parte, hace un interesante comentario al respecto: “Una esquirla de bala (no de un diente cariado, un hueso, un cristal o una piedra) impactó en el cobertor del hidráulico y atravesó, tanto su parte externa, como su parte interna. Tal poder o fuerza de penetración es imposible de imaginar en una esquirla de cristal, de hueso, de un diente cariado o de una piedra (así haya sido arrojada por la gomera de David, el personaje de la leyenda bíblica)”.

En sentido similar, el escrito ad hoc hace referencia al análisis del detalle realizado en las fotografías del gráfico 314 del folio 348 del Informe de Gendarmería, fotos 529 y 535 de la carpeta 6 del Informe de Gendarmería: allí, se puede concluir que se trata de un orificio aproximadamente rectangular, con un rayado en su adyacencia inferior, que habría sido producido por el impacto de un objeto irregular tipo esquirla moviéndose con energía de traslación y rotatoria con vector de rotación perpendicular a la dirección de traslación y sentido derecho. “De acuerdo a las marcas que se visualizan en las adyacencias del orificio, sería factible que el objeto se haya aproximado al punto de impacto desde abajo hacia arriba y de afuera hacia adentro, con un ángulo de aproximadamente 30º en el plano longitudinal”, avanza el peritaje.

En la parte más polémica del mismo estudio, se asegura que “los peritos oficiales se negaron arbitraria y caprichosamente a relacionar los orificios encontrados en su estudio (que ellos atribuyen a ‘esquirlas de origen desconocido’) con lo fehacientemente probado (que son de esquirlas de balas) por la pericia de Gendarmería de 1998, y que VS aprobó oficialmente en su sentencia del mismo año”.

Para explicarlo, en el escrito se arriesga que los dos peritos oficiales quizás hayan trabajado “muy presionados o amenazados para que no vieran esquirlas de balas sino de huesos o dientes cariados”.

Como se dijo más arriba, los peritos oficiales —Colombo y Barraza— en realidad fueron presionados por el juez Villafuerte Ruzzo para que no mencionaran la palabra “bala” ni tampoco la palabra “arma”. Ello explica la incongruencia que se observa en algunas partes del peritaje oficial.

A esta altura, el magistrado de San Nicolás debería responder por qué insiste en poner “palos en la rueda” luego de casi 20 años de investigación y con una sentencia de la CIDH que destroza la instrucción judicial que hizo en los años 90. ¿Es un capricho propio del juez o alguien más lo presiona? Si es así, ¿quién estaría interesado en que el expediente no llegue a buen puerto?

Pocos lo saben, pero algunos de los que ostentan preocupación reportan aún en la Secretaría de Inteligencia y tienen gravitación en medios como Página/12, donde reporta el siempre “servicial” Raúl Kollman. Lo mismo ocurre con el portal Infobae, desde donde se está cocinando a fuego lento una insólita operación de prensa respecto de este mismo expediente.

“Hay toda una movida clarísima en algunos medios, donde se quiere tirar abajo todo lo trabajado, es muy obvio”, dijo a este cronista Jorge Locles, uno de los peritos de parte de Zulema Yoma.

 

Avance judicial

En el escrito que se está presentando este martes, se asegura que la muerte de Menem Junior fue “un atentado, un acto de terrorismo, un delito imprescriptible de lesa humanidad, y no un mero accidente”.

Para sostener esa afirmación, el abogado de Zulema se basa en los tratados internacionales suscriptos por nuestro país (Convenciones de Ginebra, Tratado de Roma de la Corte Penal Internacional y dictamen del 1-12-04 del Grupo de expertos de Alto Nivel sobre las Amenazas, los Desafíos y los Cambios, nombrado por el Secretario General de Naciones Unidas) y que forman parte de nuestras normas constitucionales: “El delito que la pericia ordenada por VS acaba de confirmar tiene la naturaleza de acto de terrorismo y delito de lesa humanidad y, por ello, es imprescriptible”, dice Labaké.

Y finaliza volviendo sobre los pasos de los peritos oficiales: “Sorprende la conducta de los peritos oficiales que, en lugar de haber sido claros y precisos, como es de rigor en todo informe científico, sobre todo si se trata de uno de la envergadura del que nos ocupa, prefirieron hacer un juego de palabras casi infantil (…) En este caso, las esquirlas sólo pueden ser de balas, y los Dres. Colombo y Barraza lo saben”.

Según Locles, es llamativo que los especialistas solo utilizaran unas pocas fotografías a efectos de llevar adelante el peritaje. “El juez les pidió que analizaran casi 240 imágenes, pero si lo hacían les iba a ser imposible omitir los balazos”, dijo el experto a este periodista.

¿Por qué no lo hicieron? No solo es ese interrogante el que queda flotando en el aire, sino muchos otros. La respuesta deberían darla los propios especialistas y el juez Villafuerte Ruzzo. ¿Se animarán a hacerlo alguna vez?

 

3 comentarios Dejá tu comentario

  1. Sería importante que Carlos Saúl padre, deposite en una escribanía, todas esas cosas que sabe y que de momento piensa llevarse a la tumba. Nadie mejor que el sabe a quienes les debía mas de un favor, y nos debe una explicación de cosas tales como dos atentados a la comunidad argentina judía, la muerte de su propio hijo, la voladura de rio tercero, la relación de siria con algunas de esas causas, su compromiso con la comunidad americana y israelí de desviar la atención en cabeza de iran...no en vano la firma del acuerdo con irán ha hecho que mas de un agente de la side tenga mas seguridad que el propio Obama...todos negociados espurios en función de la nada misma... A CSM le queda poco tiempo, ojalá por la memoria de su hijo, destape al menos una punta de toda la trama de negociados y pases de facturas que tiene todo gobierno atado de pies y manos ante poderes internacionales superiores.

  2. Muy bien Dr.Zeta, solo falto en la lista negra de este oscuro personaje, la explosion de la fabrica de polvora de Villa Maria. Saludos.

  3. O sea que se supone que Lee Harvey Oswald (o Rambo o el Coronel Bradock, Chuck Norris) le lograron meter, no uno, sino CINCO balazos a un helicóptero que volando a más de 150 km/h, a decenas de metros sobre el terreno y que nadie sabía A CIENCIA CIERTA DÓNDE EXACTAMENTE se iba a encontrar al momento del "atentado"????? La explicación más plausible es la más EVIDENTE: el peritaje es del '97, cuando ya el helicóptero había pasado 2 (DOS) años tirado en el medio del campo, como chatarra, en un terreno DENTRO de un CUARTEL MILITAR en la zona de Villa Martelli, según recuerdo, ¿no?. En ese tiempo, lo digo con conocimiento de causa, es más que seguro que los soldados del cuartél le hayan disparado, no 5 tiros, sino 500, como se suele hacer por diversión, con un BLANCO tentador en el medio de la nada. Ocurre que los peritos DE PARTE suelen decir lo que el CLIENTE, quien PAGA y es interesante que lo haga el MAYOR TIEMPO POSIBLE, quiere escuchar: ARMAN su caso en función de eso, buscan "pruebas" que lleven a ello y DESCARTAN las que rebaten su TEORÍA.

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