“No aclares que oscurece”, es una frase del saber popular que últimamente cuadra de maravillas para describir las conductas de la fiscal Viviana Fein, a cargo de la investigación de la muerte de Alberto Nisman.
"Nadie me puso frenos. Soy una persona independiente", aseveró la funcionaria judicial sin que nadie se lo preguntara. ¿Por qué lo dijo? ¿Qué quería demostrar Fein?
Si acaso sonó llamativa la afirmación de la fiscal, más aún lo fue el hecho de que, acto seguido, asegurara que tomará dos semanas de vacaciones. ¿Es casual que lo haga justo después del papelón que cometió al desmentirse a sí misma por un artículo de diario Clarín del domingo pasado?
Las vacaciones de Fein no llegan en el mejor momento: ocurren justo cuando debe avanzarse en las medidas de prueba más importantes del caso Nisman, como los estudios histopatológicos y el análisis de sus teléfonos celulares y computadora.
En ese contexto, la fiscal insiste en asegurar que nadie la presiona, pero suena forzado, como si alguien del poder le hubiera pedido que aclarara ese tópico.
Fue justo después de que la diputada del PRO Patricia Bullrich apuntara contra la procuradora Alejandra Gils Carbó respecto del parte de prensa publicado ayer y hoy desmentido por la propia Fein. ¿Apenas una coincidencia?
En sentido similar, Fein pareció enviar un mensaje al poder al pedir que no se "manipule" su trabajo por ningún sector, "ni por el Gobierno ni por ninguno; que no se use esto para ningún fin particular". ¿Para qué hizo ese pedido? Si realmente nadie la está apretando, ¿para qué atajarse?
¿O es que realmente sí está siendo presionada por algún sector del poder? Dicho sea de paso, ¿cómo se explican los insistentes llamados que Fein recibe por parte de Luis "Topo" Villanueva, ladero de Gils Carbó?
Hay algo concreto y real: el gobierno guarda puntuales expectativas respecto del trabajo de Fein.
No por casualidad, a horas del hallazgo del cuerpo de Nisman, Sergio Berni se preocupó por aclarar que el examen dentro del departamento “se hizo con la presencia del fiscal, del juez y de testigos, junto a la madre”.
Ahí mismo, cometió un “sinceridio” inesperado: “Mi preocupación era que se hiciera todo lo más rápido posible", indicó en diálogo con el canal de televisión TN. ¿Cuál era la urgencia de terminar de inspeccionar el lugar? ¿Qué o quién lo apuraba?
En diálogo con Nelson Castro, Berni se desvivió en innecesarios elogios hacia Fein, al tiempo que mostró estar realmente a cargo de lo que ocurrió esa noche: “Le pedí a la fiscal y al juez que estuviera presente la madre, que tenía miedo que se sustrajera información importante”, dijo.
¿Hacía falta que diera esas instrucciones el secretario de Seguridad, como si la fiscal y la jueza no supieran cómo actuar ante un hecho como el ocurrido? ¿Puede Berni dar indicaciones, siendo que es médico, no abogado?
Las suspicacias están a la orden del día, todos desconfían de todos y las miradas se dirigen unánimes a un solo lugar: Balcarce 50. Es decir, la mismísima Casa de Gobierno.