Este jueves, el Gobierno nacional ordenó la desclasificación de todos los archivos de inteligencia relacionados con el atentado a la Embajada de Israel, a través de un decreto publicado en el Boletín Oficial.
La norma, que lleva la firma de Cristina Kirchner y del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, instruye a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) a remitir a la Corte, previo análisis, "aquellos documentos donde se encuentre información relacionada con el brutal atentado".
¿Es relevante que esto ocurra? ¿Por qué? Primero que nada, debe mencionarse que, al igual que en el caso AMIA, hubo un desesperado intento por desviar la investigación de lo sucedido el 17 de marzo de 1992.
Lo llevaron a cabo varios sectores: la policía, los servicios de Inteligencia —locales y extranjeros— y el arco político menemista.
Cuando sucedió el atentado a la embajada de Israel, estaba en Buenos Aires el traficante de armas y drogas Monzer Al Kassar, en ese momento una suerte de “ministro sin cartera” de los intereses sirios.
Ese dato, que hubiera permitido entender porqué ocurrió lo que ocurrió, fue cajoneado por el entonces ministro del Interior José Luis Manzano. ¿Por qué lo hizo?
Principalmente, para ocultar que el atentado en realidad fue un mensaje de los sirios hacia Carlos Menem por incumplir ciertos acuerdos refrendados en el año 1988.
En esos días, Israel firmaba acuerdos de paz en Medio Oriente y Siria era el intermediario más importante. ¿Qué hubiera sucedido si se destapaba que el mismo país estaba implicado en la explosión de marras?
En el contexto mencionado, es lógica y entendible la importancia de la desclasificación de archivos impulsada por el gobierno. Allí quedarán expuestas todas las mentiras que se sostuvieron a lo largo de los años.
Hay quienes se preguntan porqué recién ahora se lleva adelante esta medida. La respuesta es tan sencilla como obvia: cuando se descubra el encubrimiento ad hoc, quien quedará expuesto es el fallecido fiscal Alberto Nisman y, por carácter transitivo, el exagente de la SIDE Antonio Stiuso.
Como siempre, el kirchnerismo jamás da puntada sin hilo.