Hablan por atrás, critican con inusual cizaña y exageran sus miradas “críticas”.
Levantan el dedo desde un púlpito que nadie legitima, se creen superiores a todos y todas.
No se animan a hablar en la cara, solo lo hacen por la espalda. No solo son mala leche, sino que además son cobardes.
No los quiere nadie, no tienen amigos... sus vidas son realmente desastrosas. Ni siquiera tienen una pareja estable, porque son imbancables.
Se ven a sí mismos como superiores a los demás, ni siquiera se reconocen defectos. Como no tienen razón, suelen hablar a los gritos, con un vozarrón que nadie tolera.
Son pesimistas por naturaleza, todo está mal para ellos. Y lo que ellos opinan es lo que vale, lo demás son “boludeces” que no vale la pena tener en cuenta.
Se llevan mal con su propia familia e incluso son poco —y nada— tolerados por sus propios hijos. Ciertamente son insoportables.
Ni siquiera la pegan en lo laboral, se boicotean a sí mismos por su idiotez intrínseca y la falta de compromiso con el lugar de trabajo. Por eso jamás progresan.
Lo peor que puede —y suele— ocurrirles es que los ignoren, algo bastante frecuente ya que nadie los toma en serio.
Son poco inteligentes, ni siquiera son vivos. Tan es así que no se dan cuenta de que, cuando les responden, en realidad les están tomando el pelo.
Son negativos, venenosos, engreídos... con una cuota de maldad que sorprendería al más villano. Es gente tóxica, perniciosa al extremo.
En realidad, lo que les molesta es el éxito ajeno. No pueden tolerarlo. Son pura envidia.
Lo más triste es que se creen que uno nunca se entera de lo que dicen por la espalda. Imbéciles por definición y cagones por elección.
La solución es quitárselos de encima. Es un gran alivio, un ancla que deja de traccionar hacia el fondo de las miserias de quienes critican.
Con esa gente no hay vuelta atrás, jamás la habrá. Solo un sádico podría perdonarlos.
En lo personal, les deseo lo mejor. Ya han fracasado demasiado. Es hora de que aprendan, pero ese es justamente el problema: jamás entienden nada.
Yo seguiré mirando al cielo, trabajando para ser mejor como persona cada día... y ellos, que sigan mirando para abajo, como siempre.