Elisa Carrió denuncia, apunta con sus dardos sin dudar y destroza por doquier. No mide consecuencias, ni víctimas, en su ataque. Sus misiles derriban todo a su paso, dejando escombros aquí y allá.
El macrismo no sabe qué hacer frente a su impronta, siempre impredecible. Si hubiera que definirlo en una palabra, esta sería “desconcierto”.
Es que Carrió no reconoce amistades ni alianzas, si tiene que pegarle a alguien lo hace sin pensarlo. No importa si minutos antes era su persona más cercana.
En ese contexto, Mauricio Macri se siente incómodo. Por un lado, lo que hace “Lilita” le es útil y funcional —a nivel social, muchos adhieren a sus proclamas—; por el otro, le complica la vida. ¿Cómo sobrellevar eventuales alianzas ante la constante amenaza de Carrió?
Por caso, dos de sus contactos clave han sido erosionados por esta última: Daniel Angelici y Ricardo Lorenzetti.
Ahí es cuando el presidente se siente más vulnerable, ¿a quién respaldar, a Lilita o a sus otrora aliados?
El jefe de Estado suele hacer silencio, para no tener que ponerse en un lugar incómodo. Pero ahora eso ha cambiado, ya que Carrió le ha pedido que se defina.
"¿Quién me va a defender a mí señor Macri, que siempre pongo la cara por usted? Yo tengo que acusar a todos y defender a un montón más. Y a mí ¿quién me defiende?", lanzó la líder de Coalición Cívica en diálogo con TN.
Como era de esperar, el presidente solo ha hecho mutismo. Quien le respondió fue el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien afirmó que Carrió “sabe” que Macri “no va a apañar a nadie de su gobierno si hay un hecho delictivo”.
Toda una victoria para Lilita, a medias, pero victoria al fin. Como siempre, logró imponerse en la agenda de los medios y obligó al gobierno a responderle.
Por ahora, la convivencia persiste, pero… ¿qué ocurrirá cuando Carrió decida volver a impulsar el “fuego amigo”?
Dentro del gobierno, hay quienes aseguran que el pacto con Macri se romperá antes de fin de año. Otros rezan para que ello jamás suceda. El tiempo dirá.