Si algo le faltaba a la saga de lo ocurrido con el ARA San Juan es la utilización de clarividentes —mal denominados “videntes”, algo que todos somos— para encontrar al malogrado submarino.
No uno, sino dos dotados han sido “reclutados” por los familiares de las casi seguras víctimas de la tragedia a efectos de llevar a cabo la epopeya. Se trata de Marisel y Alejandro, ambos altamente “reputados”.
Ciertamente, no son los primeros que se abocaron a la tarea de encontrar al submarino, antes aparecieron un par de dotados más que dieron coordenadas precisas del lugar donde podría encontrarse el ARA. Se trató de un fiasco tras otro.
Lo mismo ocurrirá con los nuevos clarividentes, ambos fracasarán en sus pretensiones. El motivo es más que obvio: no existen los poderes paranormales. De hecho, no es la primera vez que alguien que asegura tener dones especiales intenta “ayudar” a los detectives a resolver un caso puntual. Jamás lo han logrado, siempre han fracasado.
La ciencia ha investigado durante más de cien años, intentando comprobar la posibilidad de que haya personas que tienen poderes que van más allá de los ya conocidos. Uno de los que trabajó en ese campo fue Joseph Banks Rhine, quien llegó a fundar el laboratorio de parapsicología en la Universidad de Duke.
A pesar de los esfuerzos y la persistencia, jamás pudo determinar la existencia de poderes paranormales bajo los cánones de lo que reza el método científico. Nunca.
Por caso, si realmente se pudiera adivinar el futuro, ¿no habría una legión de dotados ganando la lotería de manera reiterada? Ello no ocurre —ni ocurrirá— simplemente porque no hay nadie que pueda anticipar lo que ocurrirá el día de mañana.
En parapsicología, la anticipación de un hecho que aún no ha sucedido se llama “precognición”. Es solo uno de los cuatro fenómenos que investiga esa “doctrina”, también están la clarividencia —capacidad de ver algo que está ocurriendo en otro lugar—, la telepatía —transmisión de pensamiento— y la telequinesis —dominio de la mente sobre la materia—.
Desde hace más de 20 años ofrezco 10 mil dólares a cualquier persona que pueda demostrar uno de esos cuatro “dones”. A pesar de los intentos, reiterados, nadie logró hacerse con el botín.
Este es el cheque por 10 mil dólares que llevo siempre en mi billetera
He enfrentado a numerólogos, tarotistas, clarividentes, astrólogos e incluso dobladores de cucharas. La mayoría de esos desafíos fueron públicos y televisados… y resultaron un cabal fracaso para todos ellos.
No soy el único: existe una veintena de asociaciones de escépticos que ofrecen montos muy superiores al mío a cambio de la demostración de la existencia de poderes paranormales. Quien se destaca en esa lista es el mago James Randi, en EEUU, quien ha ofertado más de un millón de dólares a quien pueda probar sus dotes.
La sumatoria de sus retos, en los cuales siempre ha salido victorioso, ha sido recopilada en un desopilante libro titulado “Fraudes paranormales”.
Frente a lo antedicho, el trabajo que harán los supuestos clarividentes en pos de encontrar el ARA San Juan será un completo fiasco. Lo anticipo aquí mismo… y lo firmo.